Puede que alguna vez hayas soñado con hacerte un tatuaje pequeñito, minimalista. Pero cuando veas estas fabulosas obras de Esther García te olvidarás de lo de «pequeñito», y querrás tatuarte el brazo entero.
Esta tatuadora de Chicago pinta los cuerpos de sus clientes con las combinaciones más intrincadas de diseños florales. Rosas, peonías y cualquier flor que imagines surgen de fondos negros, acompañadas de aves y mariposas.
Está claro que sus tatuajes son arte puro. Ella admite que al principio comenzó a hacerlos como solución para cubrir otros tatuajes viejos que la gente ya no quería, ya que el negro los tapa perfectamente.
Ahora son una tendencia en sí mismos, y están inspirados en la tendencia holandesa del siglo XVII de pintar flores.
¿Qué te han parecido?