Se quedó sin palabras.
En los rincones más insospechados de Asturias, los bares se convierten en escenarios de anécdotas que desafían la realidad. Las redes sociales se han erigido como el gran escaparate de estas historias, permitiéndonos ser testigos de lo inesperado y lo extraordinario.
Este es el relato de Pablo, un joven aventurero del concejo de Llanera, cuya pasión por “explorar Asturias, recorrer sus carreteras, hablar con la gente de los pueblos, y fotografiar todo lo que me dejen” le llevó a protagonizar una experiencia que trasciende lo cotidiano. Durante uno de sus viajes exploratorios, Pablo se encontró con una sorpresa que bien podría calificarse de surrealista, aunque en el más positivo de los sentidos.
“Acabo de pedir un bocadillo…”
En una publicación reciente en X, compartió una imagen que se convirtió en el centro de un animado debate. “Acabo de pedir un bocadillo en el Bar Esva, en Trevías, y mirad lo que me trajeron, una barra de pan entera”, escribió, mostrando una generosidad que va más allá de lo común.
La generosidad en las raciones es una práctica conocida en muchos establecimientos, pero lo que realmente dejó perplejo a Pablo fue el precio de tal manjar: “¡Por solo 4 euros!”, exclamó, evidenciando su asombro ante la relación calidad-precio de su hallazgo. “No trates de igualar a Asturias, es imposible”, sentenció, dejando claro que la tierra asturiana juega en una liga propia. La fotografía que acompañaba su post mostraba un bocadillo de proporciones épicas, casi indistinguible de una barra de pan tradicional en su totalidad.
¿Y ahora? pic.twitter.com/zlAzqmgJtL
— Pablo (@pabloasturies) March 24, 2024
En los rincones más insospechados de Asturias, los bares se convierten en escenarios de anécdotas que desafían la realidad. Las redes sociales se han erigido como el gran escaparate de estas historias, permitiéndonos ser testigos de lo inesperado y lo extraordinario.Este es el relato de Pablo, un joven aventurero del concejo de Llanera, cuya pasión por “explorar Asturias, recorrer sus carreteras, hablar con la gente de los pueblos, y fotografiar todo lo que me dejen” le llevó a protagonizar una experiencia que trasciende lo cotidiano. Durante uno de sus viajes exploratorios, Pablo se encontró con una sorpresa que bien podría calificarse de surrealista, aunque en el más positivo de los sentidos.“Acabo de pedir un bocadillo…”
En una publicación reciente en X, compartió una imagen que se convirtió en el centro de un animado debate. “Acabo de pedir un bocadillo en el Bar Esva, en Trevías, y mirad lo que me trajeron, una barra de pan entera”, escribió, mostrando una generosidad que va más allá de lo común.La generosidad en las raciones es una práctica conocida en muchos establecimientos, pero lo que realmente dejó perplejo a Pablo fue el precio de tal manjar: “¡Por solo 4 euros!”, exclamó, evidenciando su asombro ante la relación calidad-precio de su hallazgo. “No trates de igualar a Asturias, es imposible”, sentenció, dejando claro que la tierra asturiana juega en una liga propia. La fotografía que acompañaba su post mostraba un bocadillo de proporciones épicas, casi indistinguible de una barra de pan tradicional en su totalidad.La imagen no tardó en generar un torbellino de reacciones. Un usuario expresó su decepción ante lo que parecía ser un relleno escaso: “Del relleno, lo que más se ve es lechuga”, comentó. Sin embargo, Pablo no tardó en responder con una nueva imagen que despejaba cualquier duda: “¿Y ahora?”, replicó, revelando dos bocadillos repletos de ingredientes.
La comunidad virtual no tardó en expresar su deseo de más establecimientos con la misma filosofía. “Ojalá más bares así”, anhelaba un internauta, mientras que otros aprovechaban para compartir sus propias vivencias gastronómicas: “Yo pedí un cachopo y lo comí en tres días”, confesó uno, entre risas.
“Es que estás en otro nivel, estás hablando de Trevías. De postre un cachopo de La Unión, y tiras millas los próximos 15 días”, intervino otro usuario, haciendo hincapié en la abundancia de la oferta culinaria local. Y es que, en Asturias, la magnanimidad de sus bares y la calidad de su cocina son un reflejo de la generosidad de su gente y la riqueza de su cultura.
La imagen no tardó en generar un torbellino de reacciones. Un usuario expresó su decepción ante lo que parecía ser un relleno escaso: “Del relleno, lo que más se ve es lechuga”, comentó. Sin embargo, Pablo no tardó en responder con una nueva imagen que despejaba cualquier duda: “¿Y ahora?”, replicó, revelando dos bocadillos repletos de ingredientes.
La comunidad virtual no tardó en expresar su deseo de más establecimientos con la misma filosofía. “Ojalá más bares así”, anhelaba un internauta, mientras que otros aprovechaban para compartir sus propias vivencias gastronómicas: “Yo pedí un cachopo y lo comí en tres días”, confesó uno, entre risas.
“Es que estás en otro nivel, estás hablando de Trevías. De postre un cachopo de La Unión, y tiras millas los próximos 15 días”, intervino otro usuario, haciendo hincapié en la abundancia de la oferta culinaria local. Y es que, en Asturias, la magnanimidad de sus bares y la calidad de su cocina son un reflejo de la generosidad de su gente y la riqueza de su cultura.