La foto más codiciada: se filtra la primera imagen de Tamara e Íñigo vestidos de novios, y todos están haciendo el mismo comentario

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Tamara Falcó e Íñigo Onieva se casan en una ceremonia al aire libre.

Después de meses de ilusión y preparativos, desde que el pasado diciembre se reconciliaran tras una breve crisis, Tamara Falcó e Íñigo Onieva han cumplido su sueño de casarse. La pareja ha celebrado su enlace este sábado en el Palacio El Rincón, una espectacular finca situada en Alcalá de Henares que perteneció al padre de Tamara, el marqués de Griñón, y que éste le dejó en herencia a su hija menor.

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La boda ha reunido a unos cuatrocientos invitados, entre los que se encontraban familiares y amigos íntimos de los novios, que han lucido sus mejores galas para la ocasión. La ceremonia ha tenido lugar en el jardín sur del palacio, donde se ha instalado un altar adornado con flores blancas y velas. Los asistentes han ocupado unas sillas dispuestas en filas frente al altar.

La fotografía más esperada.

La revista ‘Hola’ ha sorprendido a todos con una exclusiva que llevábamos meses esperando: la primera foto de Tamara Falcó e Íñigo Onieva como marido y mujer. La publicación ha roto su habitual horario de salida a los kioscos para compartir en sus redes sociales la portada que muestra el espectacular vestido de novia que lució la hija de Isabel Preysler en su gran día. Se trata de una creación de Wes Gordon, el director creativo de Carolina Herrera, que ha sabido plasmar la personalidad y el gusto de Tamara en un diseño clásico, elegante y original, a pesar de que muchos comentarios en las redes han criticado que no haya optado por un diseñador español.

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El vestido es de color blanco puro y tiene un escote barco que deja al descubierto los hombros y el cuello de la novia, realzando su belleza natural. El corte es recto y sencillo, pero tiene un detalle que lo hace único: un bordado en tonos ocres y cobrizos que recorre el vestido desde el escote hasta el bajo, creando un efecto visual muy armonioso y acorde con el entorno del Palacio El Rincón. El bordado tiene un aire medieval que le da un toque de distinción y originalidad al vestido, sin restarle elegancia ni sobriedad.

Tamara completó su look con un peinado muy favorecedor: un moño bajo que recogía su melena castaña y dejaba ver sus pendientes de brillantes. Sobre su cabeza, una tiara de gran valor sentimental para ella: la misma que llevó su cuñada Amparo Corsini el día de su boda con Manuel Falcó, el hermano mayor de Tamara.

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La tiara es una joya familiar que perteneció al padre de Tamara, Carlos Falcó, y que ella quiso llevar como homenaje a él y como muestra de cariño a Amparo, que ha sido una gran ayuda para ella en los preparativos de la boda. Tamara también llevaba un velo blanco que cubría su rostro cuando entró en la iglesia del brazo de su hermano Enrique Iglesias, pero que luego fue retirado por Íñigo para poder besarla.

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El vestido de Tamara ha sido fruto de un trabajo intenso y rápido por parte de Wes Gordon, que tuvo que hacerlo en apenas cinco o seis semanas, según confesó él mismo a su llegada a Madrid hace unos días. El diseñador estadounidense se hizo cargo del encargo después de que Tamara rompiera su acuerdo con la firma Sophie et Voilà, que había sido la elegida inicialmente para diseñar su traje nupcial. Tras una polémica separación profesional, Tamara optó por confiar en Carolina Herrera, una marca muy vinculada a su madre Isabel Preysler y a su amiga Naty Abascal. El resultado ha sido un vestido digno de una princesa, que ha dejado boquiabiertos a todos los invitados y a los seguidores de la pareja.

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