Hemos localizado a Coral González, la chica del «Claro que sí, guapi» y tenemos novedades, ya no es así

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Se convirtió en una celebridad de la noche a la mañana.

«Hazme una rebajita», «Claro que sí, guapi», «Chic para mí, chic para mí, chic, chic chic…» Magia, ahora volvéis a tener la músiquita metida en la cabeza para todo el día. Ese fue el poder del anuncio de Chicfy, una aplicación para vender y comprar ropa que convirtió a su protagonista, Coral González, en toda una celebridad.

 

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La joven, de 21 años, confesó que no tenía ni idea de la dinámica del anuncio cuando se presentó al casting: «Solo me dijeron que era para una aplicación de ropa. No sabía ni que tenía que bailar ni que tenía diálogo. Cuando llegué allí ya me encontré todo el pastel». ¡Y tanto!

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La clave del éxito del anuncio residía, según la joven, en la frase irónica y en el baile como guinda: «Esa frase tan irónica y un baile como guinda del pastel. Ya no me llaman por mi nombre, me llaman chic, chic», contó la joven.

Todo empezó en este momento, un baile que no dejó a nadie indiferente, en un momento en el que ver a alguien hacer twerking todavía era algo novedoso. Así se vió el momentazo desde detrás de las cámaras:

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Detrás de cámaras en el anuncio #chicfy @chicfy ???????????? y que mejor que bailando y pasandomelo bien ????????

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Coral nunca se volvió loca por la momentánea fama de un anuncio de televisión. La andaluza llevaba muchos años preparándose, dedicó diez años a la danza clásica y trabajaba como maestra de ceremonias de los espectáculos del Teatro Circo Price, para tirar todo esto por la borda con una mala decisión:

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«La fama me favorece, pero no en lo que me quiero enfocar. He tenido muchas ofertas para programas de televisión, pero si me meto en ese sector tendría que dejar mi carrera. Creo que eso será mucho más tarde», contó la joven, que siempre tuvo los pies en el suelo a pesar de convertirse en uno de los rostros más conocidos del momento.

Incluso se la llegó a relacionar con ¡Supervivientes! Pero la joven la rechazó porque esas historias no le convencían. Al menos, eso es lo que contó en Lecturas, donde explicó un poco las razones de su negativa.

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«Es como si ya no fuera una persona. Soy una marca», comenta en la entrevista acerca de la popularidad que le llegó de golpe con el anuncio de Chicfy y que le cambió la vida. Y aunque reconocía que le iba bien en la vida, confesaba que no lo ha tenido precisamente fácil… eso sí, la manera en la que lo relataba nos recordaba mucho a eso de «quejarse de vicio».

«Este mundo no es fácil. Soy bajita y me han echado de castings por la estatura, por tener pecho, culo… ¡Es una pena! (…) Me miran el culo, pero para eso lo tengo. Es muy bonito y lo muevo genial. El pecho también. Todo natural. Muevo el culo como lo hago y resulta que es un bombazo», contó ella entre risas.

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Sea como sea, ella asegura que «siempre se ha refugiado en el mundo del baile» y ha confesado un drama familiar que le ha costado superar: «[El baile] me hace olvidar los problemas, los que tenía cuando era pequeñita. Me he criado sin padre y eso te afecta mucho. La ausencia de mi padre me llevó a refugiarme en la gimnasia, la danza…»

Precisamente ese otro «refugio», la gimnasia, estuvo muy cerca de llevarla a participar en los Juego Olímpicos de Londres, según ella misma contaba en la citada entrevista.

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Ahora hemos vuelto a conocer sus actividades profesionales a través de sus redes sociales, y su ocupación actual es fascinante, participa en un número circense en el que va esquivando los cuchillos que le lanza un especialista, el conocido Tyrone Laner. Desde luego esto si que es un reciclaje profesional en toda regla.

¿Qué te ha parecido su historia? Cuéntanoslo en los comentarios.