Criaron a su perro durante dos años, hasta que descubrieron que no era un perro

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Cada vez hay más personas que deciden compartir su vida con una mascota. Esto se refleja en los datos oficiales: solo en España, la cifra de perros y gatos censados alcanza los 10 millones. Incluso, en algunas ciudades, las mascotas superan a los niños en número de habitantes. Esta tendencia no se limita a nuestro país; es un fenómeno que se da a nivel global.

Sin embargo, esta situación también nos plantea algunas preguntas. ¿Estamos adquiriendo mascotas sin conocer la procedencia del animal? ¿El criador cuenta con los permisos necesarios? Preguntas que debemos tener en cuenta antes de comprar una mascota para que todos vivan en un entorno seguro y saludable.

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Estupefacción por lo que le ocurrió a una familia.

En la era de las noticias falsas y la manipulación mediática, es común leer titulares que nos parecen sacados de una película de ficción. Sin embargo, en ocasiones, la realidad supera la imaginación. Esto es lo que ocurrió en China, donde una familia compró lo que pensaba era un cachorro de mastín tibetano, una de las razas de perro más grandes y caras del mundo, para descubrir dos años después que, en realidad, era un oso negro asiático, una especie en peligro de extinción.

El mastín tibetano es una raza de perro originaria de China, con enormes dimensiones y un peso que puede alcanzar los 80 kilos. Son perros imponentes, con una larga y espesa capa de pelo y un carácter protector y fiel a su familia. Por ello, no es de extrañar que la familia china que adquirió al animal creyera que era un mastín tibetano de pura raza.

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El cachorro llegó a su hogar en 2016 y fue llamado Little Cute Blackie. La familia lo cuidó y lo alimentó como si se tratara de uno más de la familia, ignorando por completo que en realidad estaban criando a un oso negro asiático. El oso negro es una especie en peligro de extinción, debido a la caza y el tráfico ilegal de animales salvajes en el mercado negro.

Dos años después de adquirir al animal, la familia comenzó a notar que algo no iba bien. El animal consumía enormes cantidades de comida al día y emitía sonidos diferentes a los que emiten los perros. Preocupados, decidieron acudir al veterinario para saber qué estaba pasando con su mascota.

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El diagnóstico del veterinario fue sorprendente y aterrador a la vez. La familia estaba criando a un oso negro asiático, una especie en peligro de extinción y altamente protegida por las leyes chinas. La familia se sintió desolada al descubrir que habían sido engañados y que, sin quererlo, habían estado contribuyendo al tráfico ilegal de animales salvajes.

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La familia decidió entregar al animal a un santuario de animales, donde vive actualmente con otros osos negros asiáticos de su especie. Sin embargo, la historia de Little Cute Blackie se ha convertido en un fenómeno viral en las redes sociales, generando todo tipo de reacciones entre los usuarios.

La confusión detrás del engaño.

La confusión que llevó a la familia china a adquirir un oso negro asiático creyendo que era un cachorro de mastín tibetano ha generado un debate sobre el tráfico ilegal de animales salvajes y el papel de los criadores y vendedores en esta práctica.

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Image by DejaVu Designs on Freepik

En China, la venta de animales salvajes está prohibida por ley, pero aún así, muchos criadores y vendedores se dedican a falsificar documentos y engañar a los compradores para obtener grandes beneficios económicos. Este es el caso de la familia china que adquirió a Little Cute Blackie, quienes confiaron en el vendedor sin saber que estaban contribuyendo a un fraude de estas características.

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