Sale a a luz el verdadero motivo por el que Inés Hernand no se habla con sus padres

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Inés Hernand, una humorista con una infancia alternativa

Inés Hernand es una de las humoristas más conocidas de España, pero su vida no ha sido un camino de rosas. La cómica, que recientemente ha recibido críticas por su cobertura de los Goya en TVE, se abrió en canal en el programa Planeta Calleja, donde compartió con Jesús Calleja y Félix Gómez una aventura marciana.

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Hernand nació hace casi 32 años en el centro de Madrid, entre las calles Alcalá y Gran Vía. Su infancia fue diferente a la de la mayoría de los niños, ya que empezó el colegio con seis años, por decisión de sus padres. «Lo pasé bien, aunque siempre he tenido particularidades. He tenido una infancia un poco más alternativa», confesó.

El distanciamiento con sus padres y el papel de su abuela

La humorista no tiene contacto con sus padres desde hace más de seis años, una situación que considera «inteligente» por ambas partes. «Si no se lleva una bien desde hace mucho tiempo eso se cronifica. Los problemas son estructurales un poco de siempre… es una cosa que ocurre mucho en las ciudades a consecuencia de no tener tiempo para dedicarle a tus hijos. Ellos tenían mucho curro y siempre estaban fuera. No los culpo por ello. Es un estilo de vida y ellos decidieron su carrera profesional», explicó.

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En su lugar, fue su abuela quien se ocupó de ella durante su niñez y adolescencia. «No he estado abandonada, ni mucho menos. Para mí mi abuela era como mi madre, la persona que me ha atendido en momentos muy clave de mi vida», dijo con cariño.

Su ruptura definitiva con sus padres y su defensa de los modelos familiares alternativos

Hernand se independizó con 18 años y desde entonces su relación con sus padres se deterioró aún más. El punto de no retorno llegó cuando tenía 25 años. «Desde esa edad no he sabido nada de ellos y tengo 31», reveló. «Mi experiencia me dice que es lo más justo para ambos, porque si no hay un entendimiento, hay mucha bronca y hay cosas que no se pueden sortear… Además, a mí me parece guay visibilizar que no porque te hayan parido tienes que tener una buena relación», afirmó.

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La humorista también quiso dar visibilidad a los modelos alternativos familiares, que no se basan en lazos de sangre sino en el afecto. «Hay mucha gente que tiene una familia que no es la que le ha tocado, sino la que ha elegido. Y eso es muy bonito y muy válido», opinó.

Su frustración como periodista y su experiencia en Londres

Antes de dedicarse al humor, Hernand estudió Derecho y el Máster en Abogacía, aunque su vocación era otra. «Siempre he sido una especie de periodista narcisista frustrada. No me dio la nota para meterme en la pública, entonces empecé Historia del Arte pero no la terminé», contó.

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Después de dejar la carrera, se fue a Londres a trabajar en un pub, lo que llamó el «Erasmus del pobre». Allí pasó uno de los momentos más difíciles de su vida, al tener que sobrevivir con 300 euros y compartir cama con un antiguo profesor de batería. «Hasta que conseguí pasta tenía que comerme los restos de la comida de los clientes. Que parece que es una cosa que no podía ocurrir, pero ocurría», recordó.

Su ansiedad, su humor y su personalidad

Esa experiencia le dejó secuelas psicológicas, como el estrés y la ansiedad cronificada. «Piensas que la escasez se cronifica», admitió. Para superar esos momentos, se apoyó en su sentido del humor, que le ha abierto las puertas del éxito profesional, pero también le ha traído problemas personales.

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«Ser así tampoco es fácil. A veces mola y dirás ‘qué dicharachera, qué empoderada’, pero esto tiene un precio. Hay una estructura social que no absorbe tan bien a las tías que tienen un poquito de personalidad y de carácter. Los chicos heterosexuales se quedan como una liebre cuando le das las largas en la carretera, tiesa completamente y en estado de shock», lamentó.

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