Pedir a domicilio comida u cualquier otra cosa se ha convertido en algo habitual. No hay nada mejor que te traigan a la puerta de casa lo que has pedido de una forma rápida y eficiente, sobre todo cuando se trata de comida y tenemos hambre. Pero, como todo en el mundo, hay repartidores que no se toman su trabajo en serio y hacen cosas realmente raras y a veces hasta desagradables.
Hoy os traemos malas experiencias en el reparto de comida a domicilio. Estamos seguros de que tú también tienes una mala experiencia. ¡Cuéntanosla!
1. “Estaba ocupado limpiando el lugar de trabajo sin prestarle atención al repartidor, y esto es lo que me encontré”
2. “Di instrucciones específicas y fáciles de donde dejar el pedido. Pero así lo dejaron…”
3. “Vamos, que ni se bajó de la furgo”
4. “En lugar de llamar a la puerta, el repartidor arrojó el paquete por la ventana de la casa vacía de al lado pensando que era la nuestra”
5. “Así llegó la pizza
6. La semana pasada hice un pedido en un restaurante de un hotel que queda como a 4 km de mi casa. El repartidor me mandó el mensaje de “ya llegué”. Miré la aplicación y vi que ni siquiera lo había recogido. Mientras tanto, él siguió insistiendo con los mensajes tipo: “Ya llegué al hotel, ¿dónde dejo su pedido?” y “Reciba su pedido”. Tratando de no explotar, le dije que checara bien la dirección de entrega. El tipo me siguió mandando mensajes confusos. Mi esposo le marcó para ver qué pasaba y ni siquiera en la llamada pudo explicar bien qué era lo que quería de nosotros. Al final, la aplicación mostró que él ya estaba en camino, pero se estaba alejando cada vez más de la ruta 😂. Llevó a pasear el pedido hasta el otro lado de la ciudad antes de entregárnoslo. Todavía no sé si era un novato que no sabía usar la app, si no sabía comunicarse o si andaba bajo el efecto de algunas sustancias prohibidas.
7. Una vez, el repartidor llegó rápido hasta mi casa, pero en lugar de tocar el timbre (la indicación que había dejado), decidió esperarme afuera. Salgo y me dice todo confundido: “Es que ahí dice ’casa rosa, puerta gris’”, como si no existiera ninguna casa con dichas características. Le tuve que señalar con el dedo como si fuera un niño de primaria: “Así es. Esta es la casa rosa, y esta es la puerta gris”. Cabe destacar que las casas de los vecinos son de otro color y simplemente era imposible confundirse 😄.
8. “La idea de la empresa de correos de una prueba fotográfica de entrega”
9. “Así fue mi entrega ¡AARGHYGAHGAHAHAHAGRRRRRR!”
10. “La pizza al suelo y adiós”
11. Un día estábamos en casa de unos amigos, teníamos mucha hambre y nadie quería cocinar, así que se nos hizo fácil pedir pizzas 🍕. Estuvimos esperando más tiempo del habitual y ya moríamos de hambre, así que nos comunicamos con el repartidor y nos dijo que nos ofrecía una disculpa, pero que se habían tardado un poco en hacer nuestro pedido y que había un poco de tráfico, pero que ya estaba en camino. Pasó el tiempo y al fin llegó el repartidor. Cuando salimos a recibirlo, justo en el momento en que nos iba a hacer la entrega, se dio cuenta de no llevaba nada 😠. Así que tuvo que regresar hasta la pizzería por nuestro pedido. Pasó nuevamente un buen rato hasta que por fin llegó, pero nuestro pedido estaba equivocado y no traía salsas. En fin, como ya teníamos mucha hambre, no nos quedó otra que aceptarlo.
12. Aquí, en mi ciudad, hay una taquería donde es muy común que se equivoquen con el pedido, pero como es siempre “error a favor”, he decidido no levantar una queja por el bien de todos.
13. “Me quedé en casa esperando una entrega. Como no llegaban abrí y me encontré esto en la puerta”
14. “Imagen de entrega de mi paquete en el porche de mis vecinos. Un clásico”
15. “Mi pedido quedó contra la única puerta de mi apartamento, por lo que apenas se podía abrir; luego el repartidor tomó la foto de verificación de entrega… de mí luchando por recoger la comida porque no podía abrir la puerta”
16. Una vez, cuando era pequeña, habíamos pedido empanadas para cenar y quedé a cargo de recibir el pedido porque mi papá había ido a buscar a mi mamá al trabajo. Cuando llegó, le pagué, el repartidor no me dijo cuánto era y yo le di el dinero porque mi papá ya me lo había dejado preparado (le habían dicho cuánto era cuando ordenó). Cuando ellos llegaron, vimos que no eran empanadas sino un sándwich de milanesa; pensamos que había sido un error y mamá llamó para decir que se habían equivocado, pero le contestaron que ahí no hacían milanesas. Luego tocó timbre ¡el de las empanadas!, entonces, claro, le tuvimos que pagar porque el pedido ya estaba hecho. Lo que pasó es que en mi calle hay un problema con la numeración, el otro pedido debía ser para algún vecino, así que esperamos a que lo vinieran a buscar porque alguien habría de reclamar que nunca le llegó lo suyo (y que nos devolvieran el dinero, porque claramente sería mucho más barato que una docena de empanadas), pero nunca lo volvieron a buscar. Lo malo: me regañaron porque tuvieron que pagar doble por algo que no habíamos ordenado. Lo bueno: tuvimos comida para el otro día.
17. Un mediodía estábamos solas con mi hermana y ordenamos (sí, empanadas), pero resulta que el repartidor tardaba en llegar. Ella llamó y le dijeron que ya había salido. Pasó más tiempo y nada. Volvió a llamar y le cortaban el teléfono. El pedido nunca llegó y tuvimos que comer fideos con aceite.
18. “Repartidores del mundo, así no”
19. “Así es como me encontré la comida cuando salí a por ella”
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