A todos nos ha pasado escribir un mensaje a toda velocidad y enviarlo sin haberlo leído antes. Ahí es cuando nacen errores que son dignos de contar a nuestros amigos o en reuniones familiares.
Los protagonistas de este artículo nos han contado sobre las experiencias de sus mensajes disparatados a cuenta del autocorrector del teléfono y desde luego algunos son para reír a carcajadas.