Un cambio de look puede generar un cambio en tu autoestima, algo en lo que es experta la estilista lituana y fundadora de SelfStation, Jurgita Malakauskaite, ella dice que siempre ha tenido un sentido innato de la belleza y la estética, y que supo desde que iba a la escuela que se convertiría en peluquera. Su trabajo va más allá de cortar el pelo: se trata de renovar la confianza de las clientas. «Sencillamente, haces feliz a la gente»
Jurgita se hizo peluquera a los 16 años. Cuando vivía en la pequeña ciudad de Mažeikiai, sus padres abrieron una pequeña peluquería para que ella practicara con los vecinos. Poco después consiguió su primer trabajo y a día de hoy ya acumula más de 24 años de experiencia.
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Su proceso de trabajo comienza determinando el «tipo» de su clienta, teniendo en cuenta sus ojos, piel y color natural del cabello, así como la textura. Usa las estaciones del año para distinguir estos tipos: invierno, primavera, verano y otoño.
«Es como crear un cuadro. Primero analizas los colores con los que vas a pintas, y cuando los tengas listos, cuando sepas el tipo de tu clienta y la forma de su cara y textura de su pelo, entonces comienzas a «pintar».»
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«Cada persona tiene un tipo. Creo que cada persona que se dedique a la peluquería tiene que entender estas cosas.»
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«El cabello es energía. Algunas personas tienen que domar su pelo. Otros, hay que convencerlos de que les queda bien y que la próxima vez, su pelo estará más sano. Les ayudas a entender que tienen que quererlo y cuidarlo, que es parte de su cuerpo.»
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