A veces nos metemos en situaciones que ponen a prueba nuestro caracter. De esta manera, revelamos quiénes somos realmente.
Es lo que le pasó a Daniel Veerman, un abogado de 53 años que acaba de pasar por una experiencia muy especial. Daniel quedó destrozado cuando Chester, el hamster de su hija, se escapó mientras limpiaba su jaula. Por culpa de este suceso, tuvo un ataque de pánico en los mensajes que le envió a su hija mientras buscaba al animalito.
Afortunadamente, su hija de 19 años, Steph, se tomó la noticia con filosofía. Además, compartió la conversación en Twitter para demostrar lo puro que es el corazón de su padre.
Steph dijo que su padre es normalmente lo opuesto de lo que parece en esta situación: conservador, católico, abogado y bastante estricto… pero con un punto débil, los animales y los bebés.
“Mi padre y yo nos llevamos muy bien desde siempre. Mis padres están divorciados y él no se pierde nada de lo que hacemos mi hermano y yo. Tenemos un fuerte vínculo.”
Lo que hizo que la huída fuera tan inesperada, es que Chester es muy tranquilo. “Me recuerda a un gato, porque siempre está calmado. Chester nunca ha mordido a nadie y es muy dócil. Mi padre y él se llevan muy bien, sobre todo porque mi padre es quién le da de comer mientras yo estoy en la universidad”, dijo.
Aunque Steph tranquilizaba a su padre asegurándole que no pasaba nada y que no era su culpa, Daniel no aceptaba la pérdida, y sufrió durante todo el proceso. Daniel comenzó a cuidar a Chester hace un par de meses, cuando Steph tuvo que volver a la universidad en Boston.
“Al principio no me gustaba mucho, me crié con pastores alemanes. Cuando vino a casa era como un ratón, no era mi primera opción como mascota. Pero luego le cogí cariño, y más porque lo estaba cuidando por mi hija,” contó a los medios.
“Fue una pesadilla, le llamaba, gritando su nombre, pensando que quizá sabía su nombre. Lo buscaba con una linterna potente.”
Durante esas horas, Daniel no paraba de escribir a Steph, para que supiera que seguía buscando. “No pude sentarme en todo el día, me estaba volviendo loco. Puse trampas, recreé su jaula en mi despacho, saqué sus juguetes y sus golosinas y las puse por ahí. Saqué agua. Pensaba que si no lo encontraba, al menos no moriría porque tenía comida”, contó.
Al final, Daniel encontró a Chester “junto a un libro sobre el presidente Nixon”.
“Tras caer la noche, lo vi corriendo por el suelo. Di gracias a dios, volví y lo ví subido a un libro, lavándose, así que lo agarré.”
Steph tiene claro que no ha cambiado de opinión sobre su padre tras el incidente: “Sé que tiene un gran corazón y que haría lo que fuera por mi, esto lo demuestra más aún”, confesó.
A la gente le encantó la sinceridad de Daniel y compartieron sus propias historias
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