Un hecho estremecedor ha sacudido a la ciudad de Goiatuba, en Brasil. Ravi de Souza Figueiredo, un niño de apenas dos años, perdió la vida tras un intento fallido de retirar un grano de maíz que tenía alojado en la nariz. El procedimiento, llevado a cabo en el Hospital Municipal de la localidad, terminó en una intervención fatal que ocasionó graves daños internos. Lo que comenzó como una búsqueda de ayuda médica por parte de sus padres terminó transformándose en una tragedia irreparable.
La familia, desesperada por encontrar una solución a lo que parecía un problema menor, acudió al hospital confiando en que recibirían atención adecuada. Sin embargo, el resultado fue devastador y las autoridades ya han abierto una investigación que podría derivar en acusaciones de negligencia contra los profesionales responsables.
Un procedimiento cuestionado
El episodio tuvo lugar el 5 de abril, cuando los padres de Ravi, tras no lograr extraer el grano por sus propios medios, decidieron llevarlo al centro médico. Allí, los especialistas intentaron primero retirarlo con pinzas, sin éxito. Posteriormente recurrieron a un método poco ortodoxo: una cánula de goma conectada a aire comprimido, práctica que resultó sumamente riesgosa.
De acuerdo con los reportes, la cánula fue introducida en la fosa nasal del niño y se aplicó presión de aire con la intención de desalojar el objeto. La maniobra terminó causando efectos desastrosos, ya que el aire penetró en el estómago y los pulmones del pequeño, generando lesiones internas irreversibles.
El deterioro del pequeño
Tras el procedimiento, Ravi comenzó a presentar signos alarmantes: vómitos e hinchazón abdominal que alertaron de inmediato a su padre. A pesar de estos síntomas, fue dado de alta, pero pocas horas después debió regresar al hospital en estado crítico. Los exámenes médicos posteriores confirmaron la gravedad de las lesiones, revelando roturas en estómago y pulmones.
El desenlace fue trágico. La salud del niño se deterioró rápidamente y no logró sobrevivir a las heridas internas ocasionadas por la intervención. Este hecho ha dejado en conmoción a toda la comunidad, que exige respuestas y justicia por la pérdida del pequeño.
Responsabilidad médica y justicia
Las doctoras Daniella Carvalho Ferreira e Isabella Helena Caixeta de Oliveira han sido acusadas de homicidio involuntario por negligencia médica. Según el jefe de policía, Sergio Henrique, “el uso de aire comprimido viola completamente los protocolos médicos estándar”, lo que refuerza la gravedad de la actuación profesional en este caso.
Por su parte, el abogado de la familia, Vinicius Dias, aseguró que buscarán justicia en todas las instancias: “nuestro compromiso es luchar tanto en la esfera penal como en la civil para que se haga justicia por la muerte de Ravi”.