Un español pide una Coca-Cola en un bar de París y queda petrificado al ver lo que le cobran: «Un atraco…»

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París figura entre las diez capitales europeas más caras, un puesto que se debe principalmente al avance de la inflación y al encarecimiento de la vivienda. La capital francesa consolida su reputación como una de las urbes más costosas para residir, impulsada por los elevados precios del alquiler, el transporte y las actividades de ocio. El coste medio de vida en la ciudad supera con holgura la media europea y, por supuesto, también la española.

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El precio de una Coca-Cola se vuelve viral

El influencer Noel Horcajada se ha convertido en tema de conversación en TikTok tras compartir su asombro —y queja— por el precio de una Coca-Cola en un restaurante parisino. En el vídeo, que acumula miles de reproducciones, el creador relata con sorpresa que pagó 6,60 euros por una simple lata de refresco, a la que calificó como «la Coca-Cola más cara» que ha pagado en su vida. «Ni siquiera en un aeropuerto», comenta con molestia, antes de lanzar una advertencia a sus seguidores: «Cuando vengáis a París, no pidáis agua embotellada ni refrescos, pedid ‘Carrafe d’eau’», refiriéndose al agua del grifo gratuita. El ‘atraco’, según cuenta, ocurrió en el bar L’Entrecote. «¿Cuánto multiplicarán el precio de las bebidas para que alcancen esos números?», se pregunta incrédulo.

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@noelhorcajadaaLa cocacola más cara de mi vida

♬ sonido original – Noel Horcajada

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El coste de la vida parisina, bajo la lupa

El testimonio del influencer ha reavivado el debate sobre el elevado coste de vivir en París, considerada una de las ciudades más caras del planeta. De acuerdo con los datos de 2025 del índice Numbeo —que recopila información global sobre precios y condiciones de vida—, el precio medio de un refresco en un restaurante parisino ronda los 4,50 euros, aunque puede superar los 6 o 7 en zonas turísticas o con terraza.

En contraste, en ciudades españolas como Madrid o Barcelona, el mismo producto cuesta entre 2 y 3 euros. Este incremento en la hostelería parisina se explica por los alquileres elevados, los costes laborales y la fuerte carga fiscal sobre bebidas y restauración. Además, Francia ha sufrido desde 2022 una inflación persistente que ha encarecido tanto los productos básicos como las opciones de ocio.

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