Supervivencia en tensión.
La convivencia en los Cayos ha entrado en una fase crítica. Las alianzas comienzan a resquebrajarse, las miradas son cada vez más desconfiadas y las estrategias se entrelazan en un juego donde aún nadie tiene claro quién cuenta realmente con el favor del público. Las certezas brillan por su ausencia y eso alimenta una atmósfera cargada de nervios y desconfianza.
El paso de las semanas ha borrado la camaradería inicial y ha dejado al descubierto roces que antes parecían anecdóticos. Cada gesto, cada palabra y cada silencio se analizan con lupa en una competición donde cualquier detalle puede marcar la diferencia. La incertidumbre sobre las preferencias de la audiencia se ha convertido en un arma de doble filo que agita el ánimo de los concursantes.
Los grupos que parecían sólidos se tambalean. Algunas amistades comienzan a mostrar grietas, mientras otras alianzas se refuerzan por pura necesidad estratégica. La sensación general es que la verdadera partida acaba de empezar y que, a partir de ahora, todo será más intenso y menos previsible.
En este contexto de ebullición, la última gala ha funcionado como catalizador de tensiones acumuladas. Las nominaciones, salvaciones y expulsiones se viven con más dramatismo que nunca, conscientes de que cada decisión puede alterar profundamente la dinámica de poder en la isla.
Nominaciones que reconfiguran el tablero.
La sexta gala ha llegado con un aire de ajuste de cuentas. Las nominaciones previas dejaron un panorama especialmente delicado: Jessica Bueno, Miri Pérez Cabrero, Gloria Camila y Alejandro Albalá quedaron expuestos a la decisión del público tras una semana marcada por estrategias cruzadas. Rubén Torres, como líder semanal, había ejercido su poder nominando directamente a Jessica, mientras el resto de concursantes repartían sus puntos con precisión quirúrgica.
Sin embargo, el martes trajo un giro inesperado. Durante la ceremonia de salvación, Laura Madrueño sorprendió a todos al anunciar que Jessica Bueno abandonaba la lista de nominados. Su salida del televoto no solo le dio un respiro, sino que la consolidó como una de las participantes con más apoyo popular en esta fase.
Con tres nombres aún en juego, la tensión se palpaba en el aire. Todos sabían que cualquier movimiento en falso podía convertirse en una sentencia de expulsión. El público, mientras tanto, tenía la última palabra y sus votos se convirtieron en la moneda decisiva de la noche.
Una gala marcada por la incertidumbre.
La mecánica habitual se desplegó con precisión: se mostraron los porcentajes —50,7%, 30,1% y 19,2%— y se procedió a la primera salvación. Antes de conocer el resultado, los nominados cerraron el televoto conscientes de que aquel instante definiría su futuro inmediato.
La primera en respirar aliviada fue Gloria Camila, salvada en la ronda inicial. Con su permanencia asegurada, el enfrentamiento final quedó reducido a un tenso cara a cara entre Alejandro Albalá y Miri Pérez Cabrero. La expectación creció entre los presentes, que observaban en silencio desde La Palapa.
El presentador, con su habitual temple dramático, dio paso al momento decisivo: “Los espectadores de ‘Supervivientes All Stars’ han decidido con sus votos en la app de Mediaset Infinity que el concursante salvado es… Miri”. Las reacciones no se hicieron esperar: alivio para unos, sorpresa para otros.
Miri se salva de la expulsión 💣 Alejandro abandona Honduras esta noche
🏝️ #SVAllStarsGala6
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“¡Qué expulsión tan dolorosa la de hoy!”, exclamó Jorge Javier al inicio de la gala, anticipando la magnitud del desenlace. Alejandro Albalá se convirtió finalmente en el quinto expulsado de esta edición especial, al no poder imponerse a dos rivales de peso. Su marcha representa un punto de inflexión en la convivencia, ya que era una figura con fuerte presencia en las dinámicas del grupo.
Antes de abandonar La Palapa, el concursante tuvo la oportunidad de participar en la tradicional ceremonia de nominaciones finales. Lo hizo a través del temido “beso de la traición”, un gesto simbólico cargado de estrategia y emoción. Sin titubeos, Alejandro depositó ese beso en Gloria Camila, sumándole un punto clave para las próximas nominaciones.
Su salida no solo deja un hueco entre sus compañeros, también reconfigura las alianzas y abre nuevas posibilidades de juego. A partir de ahora, el equilibrio de fuerzas cambia, y lo que hasta hace poco parecía estable puede venirse abajo en cuestión de días.