Un rostro que se cuela en casa.
Hay intérpretes que, sin formar parte de nuestro entorno íntimo, terminan convirtiéndose en presencias cotidianas. Aparecen en la televisión a la hora de la cena, en películas que se repiten cada año o en escenas que se quedan grabadas en la memoria colectiva. Con el tiempo, su voz, sus gestos y sus personajes se entrelazan con los recuerdos personales de toda una generación.
A menudo no hace falta recordar su nombre para sentir que han estado “ahí” siempre. Son parte del paisaje audiovisual, como un mueble familiar o una canción que suena de fondo en momentos importantes. Por eso, cuando uno de esos rostros se apaga, la sensación es parecida a perder a alguien cercano: no por la relación real, sino por la constancia emocional que construyeron desde la pantalla.
La noticia que sacude a la ficción.
Este jueves, el mundo del cine y la televisión españolas amaneció con una noticia inesperada. La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas confirmó en su cuenta de X el fallecimiento de un actor imprescindible de la comedia televisiva y el cine de los noventa: Javier Manrique, a los 56 años. “Fallece el actor Javier Manrique, que participó en películas como ‘Mi gran noche’, ‘Todo es mentira’, ‘El día de la bestia’, ‘Así en el cielo como en la tierra’ o ‘Más que amor, frenesí’, entre otras.”
Manrique, nacido en Lima en 1968, forjó su trayectoria desde los años noventa bajo el ala de Álex de la Iglesia, con títulos que marcaron época. Su energía desbordante y su particular estilo interpretativo lo convirtieron en un rostro habitual de la gran pantalla, capaz de dejar huella incluso en papeles breves.
De secundario carismático a icono televisivo.
Aunque su carrera cinematográfica fue sólida, el gran salto llegó gracias a la pequeña pantalla. En ‘Camera Café’ interpretó a Lorenzo, un técnico informático tan irreverente como inolvidable. Su personaje, con estética despreocupada y espíritu combativo, rompía las dinámicas laborales con ocurrencias que se hicieron virales antes de que existieran las redes sociales. Una de sus frases más recordadas fue: “el sistema nos domestica con café y nóminas”.
Su versatilidad lo llevó también a protagonizar ‘Jacinto Durante, representante’, donde encarnaba a un mánager de artistas fracasados con un humor ácido y muy personal. Además, participó en ficciones tan populares como ‘Farmacia de guardia’ o ‘Hospital central’, consolidando una trayectoria que abarcó varias generaciones de espectadores.
Un final inesperado.
Su última aparición en pantalla fue en 2018, en el corto ‘El camino de la totalidad’. Desde entonces, su figura se había mantenido más discreta, aunque sin perder el cariño del público que lo veía como parte de su historia televisiva.
Algunas fuentes han señalado que la causa de su muerte podría estar relacionada con una enfermedad. La información, no obstante, se maneja con extrema prudencia a la espera de un comunicado oficial por parte de la familia o de su entorno cercano. La confirmación definitiva pondrá fin a la incertidumbre que rodea esta pérdida que ha resonado en toda la industria cultural.