Rebelión en ‘MasterChef 11’: Un concursante se planta cara a cara ante los jueces y les acusa de tongo

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Acabó enfrentándose cara a cara con ellos.

El coruñés Lluís de la Riva, uno de los participantes en la actual temporada de MasterChef, ha protagonizado un enfrentamiento enérgico con el jurado del popular programa de cocina. Desde el inicio de la competición, el modelo gallego no ha sido precisamente el preferido de los jueces. Sin embargo, cansado de lo que percibe como un trato desigual hacia él y otros compañeros, Lluís ha decidido plantar cara a los críticos culinarios.

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El detonante del descontento de Lluís tuvo lugar durante la prueba en exteriores, realizada en Vejer de la Frontera, uno de los encantadores pueblos blancos de Cádiz. Allí, el participante fue asignado por su capitana, Marta, a la tarea de elaborar albóndigas de langostinos, en función de las habilidades de cada miembro del equipo azul. Lluís cumplió con lo requerido y, de hecho, sus albóndigas resultaron ser el plato favorito de la mayoría de los comensales que tuvieron la oportunidad de degustarlas.

«Sé que no pinto nada en el programa…»

Pese a la satisfacción que le generó el resultado obtenido, Lluís se mostró sorprendido y contrariado ante la valoración de los jueces. Al ser cuestionado por Pepe Rodríguez acerca de la responsabilidad del plato, el concursante coruñés aclaró que no había afirmado haberlo hecho solo, sino que había participado en todas las etapas de elaboración de las albóndigas. Rodríguez, por su parte, no quedó satisfecho con la respuesta y sugirió que Lluís debía esforzarse un poco más.

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«Sí, estás ahí, Lluís», empezó diciéndole Rodríguez, «pero ese pasito más adelante, ese poquito más que se puede dar». El coruñés no se quedó callado: «Creo que tendría que decirlo Marta —la capitana de su equipo durante la prueba—, que me encomendó esta misión, si he cumplido o no he cumplido» El chef le contestó con ironía: «Sé que no pinto nada en el programa. Perdona que me haya metido contigo y te haya dicho esto. Toma, un pin. ¡Lluís, no pasa nada porque te digamos las cosas!».

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La tensión entre Lluís y el jurado continuó durante la prueba eliminatoria. Samantha Vallejo-Nágera cuestionó al participante sobre su percepción acerca de que los jueces aplicaban diferentes criterios de evaluación. Lluís no dudó en responder con franqueza que, efectivamente, creía que cada concursante era medido con una vara distinta. El gallego argumentó que, a su parecer, la valoración de los jueces no coincidía con la impresión que él tenía sobre su propio desempeño en la cocina.

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«Yo creo que hay una vara de medir a medida para cada uno», explicó. «Me chocó cuando me dijiste que subiera una marchita más, cuando creo que esa marchita no era necesaria para sacar lo que se me había exigido, y que esa tranquilidad que a veces reflejo cocinando no tiene nada de negativo».

La capitana Marta respaldó a Lluís en cuanto a la buena ejecución de su tarea, pero también reconoció cierta concordancia con la opinión de los jueces, señalando que el ritmo de trabajo del coruñés era demasiado lineal y que necesitaba más dinamismo. Finalmente, fue Jordi Cruz quien puso fin a la discusión con su característico tono sarcástico, sugiriendo que Lluís esperaba ser tratado de manera especial.

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A pesar de su resistencia a las críticas, Lluís también ha brindado momentos de identificación y simpatía para muchos espectadores de MasterChef, especialmente a través de sus reacciones ante las actuaciones de otros concursantes, como el polémico tiktoker Luca y sus bailes.

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Lluís de la Riva, sin duda, ha dejado una huella en el programa con su audacia al enfrentarse al jurado y defender su postura. Este suceso, junto con otros momentos más amigables y cómicos, ha logrado captar la atención de los seguidores del programa y generar conversaciones en redes sociales acerca de si el trato de los jueces es realmente equitativo o si, en efecto, existen diferencias en la manera en que evalúan a los participantes.

El coruñés, pese a sus desencuentros con el jurado, continúa avanzando en la competición, demostrando que no se deja amedrentar por las críticas y que está dispuesto a seguir luchando por su sueño de convertirse en el ganador de MasterChef. Sin embargo, solo el tiempo dirá si Lluís logra superar las adversidades y convencer a los jueces de su valía en la cocina o si, por el contrario, su rebeldía le pasará factura en el futuro.

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