Acabó cabreadísima en la boda.
Isabel Preysler y Tamara Falcó son madre e hija, pero también amigas y confidentes. Las dos mujeres tienen muchas cosas en común: son elegantes, sofisticadas, cultas y religiosas. Además, comparten el amor por la moda, el arte y la gastronomía. Se apoyan mutuamente en los momentos difíciles y se alegran de los éxitos ajenos. Parece que entre ellas no hay fisuras ni conflictos, pero ¿es así realmente?
La madre de la novia no pudo ocultar su disgusto ante las bromas y el tono informal de los amigos del novio, que habían bebido más de la cuenta y se dirigieron a ella como “Isa”. Además, temía que la exclusiva del enlace se viera afectada por el descontrol de algunos invitados.
La finca El Rincón fue el escenario elegido por Tamara Falcó e Íñigo Onieva para celebrar su enlace matrimonial el pasado sábado 8 de julio. Una boda que reunió a 400 personas entre familiares y amigos de la pareja, así como al equipo de prensa que se encargó de inmortalizar los momentos más emotivos y divertidos de la ceremonia y el banquete.
Sin embargo, no todo fue alegría y felicidad en el gran día de Tamara e Íñigo. Según ha revelado Pepe del Real, colaborador del Club Social de ‘El programa de Ana Rosa’, Isabel Preysler, madre de la novia, mostró su incomodidad y enfado con el comportamiento de su yerno y sus amigos, que habían disfrutado demasiado de las copas y se mostraron muy desenfadados y bromistas.
«Se puso rancia».
El momento más tenso se produjo durante el discurso que los amigos del novio pronunciaron en la cena, en el que hicieron alusión a las fiestas y las anécdotas que habían vivido con Íñigo. Además, se dirigieron a Isabel Preysler como “Isa”, un apelativo que no le gustó nada a la elegante socialité, que empezó a sentirse incómoda y a temer que la situación se fuera de las manos.
“Estaba incómoda. Hubo un discurso de los amigos, testigos, y ella evidenciaba que venían de pasárselo muy bien”, ha contado Pepe del Real este jueves en el matinal de Telecinco. “Pensaba que algunos podían irse de las manos”, ha añadido.
Según el colaborador, Isabel Preysler tenía otro motivo para estar molesta: la exclusiva del enlace, por la que había cobrado una importante suma de dinero. “Había una exclusiva de por medio, había gente que tenía que trabajar. Se sintió incómoda y se empezó a poner rancia. La familia Onieva no lo entendía”, ha explicado Pepe del Real.
Así pues, parece que la boda del año no fue tan perfecta como parecía y que hubo algunas sombras en el día más feliz de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. ¿Qué opinará la pareja al respecto? ¿Se habrá reconciliado Isabel Preysler con su yerno? Estaremos atentos a las próximas declaraciones de los protagonistas.