Pánico en directo en ‘Supervivientes’ por lo que le sucede a Rubén Torres en la apnea: «Hasta que ocurra una tragedia…»

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La tensión estalla en la isla.

‘Supervivientes All Stars’ ha entrado en ese punto de ebullición donde ya no basta con sobrevivir al hambre y al clima: ahora también hay que resistir las estrategias, las alianzas y las rivalidades que se agudizan semana a semana. A medida que se perfilan los favoritos del público, las dinámicas entre concursantes se tensan como una cuerda a punto de romperse. Las miradas ya no son de complicidad, sino de cálculo.

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La competición se ha vuelto personal. Cada gesto, cada decisión, cada triunfo en las pruebas se interpreta como una amenaza o una oportunidad. Los más fuertes buscan consolidar su posición; los que se sienten en peligro, redoblan esfuerzos para destacar. Los presentadores lo saben y aprovechan este momento álgido para proponer desafíos que no solo miden resistencia física, sino también temple mental.

En este contexto cargado de presión, las pruebas adquieren un valor simbólico. Ganar ya no significa únicamente conseguir comida o un beneficio puntual, sino reforzar el relato propio dentro del concurso: el de héroe, estratega o rival temible. Esta mezcla de tensión emocional y competitividad extrema ha preparado el terreno para uno de los momentos más comentados de la edición.

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Una prueba que dejó sin aliento.

Como cada semana, la organización ha planteado retos de alto voltaje físico y emocional. Entre ellos, ha regresado la icónica prueba de apnea, uno de los desafíos más temidos por los participantes y más esperados por la audiencia. En esta ocasión, la dinámica ha tenido como protagonistas a dos pesos pesados de la edición: Rubén Torres y Jessica Bueno.

Ambos se ganaron su puesto en este cara a cara tras imponerse en los juegos previos celebrados durante la gala dominical. «Torres y Jessica se miden en ese duelo de ganadores, han sido los mejores en los juegos que hemos disputado hoy. Están muy concentrados los dos y se van a medir en esta apnea», ha confirmado la presentadora. La atmósfera en la playa se volvió densa, casi ceremonial.

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La recompensa prometida no hacía más que elevar la tensión. Sobre el premio, Laura Madrueño ha explicado: «El superviviente que más aguante ganará esta noche el altar de Poseidón y, por tanto, un privilegio que conoceremos más adelante». Además, los concursantes podían seguir intentando batir su propio récord personal incluso si su contrincante abandonaba antes la prueba.

Una resistencia que rozó el límite.

Cuando la jaula comenzó a descender y el agua les llegó al cuello, la cuenta atrás se activó. Rostros sumergidos, silencio absoluto y corazones en vilo: así arrancó la prueba. Jessica Bueno consiguió mantenerse durante 2 minutos y 48 segundos, un tiempo notable que, sin embargo, fue eclipsado por la espectacular marca de su compañero.

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Rubén Torres permaneció bajo el agua durante 4 minutos y 43 segundos, un registro que dejó al público con la boca abierta. Al emerger, su rostro pálido y desorientado desató el pánico entre los presentes. Por unos segundos, la épica se convirtió en angustia: el bombero parecía al borde del desvanecimiento.

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Las redes se inundaron de mensajes de preocupación. «Me ha dado un poquito de miedo la cara con la que ha salido Torres. Ha estado a punto de que le diera un chungo». «Oye, qué mal rollo cómo ha salido Torres. Me ha dado miedo su cara», comentaban algunos espectadores, reflejando el impacto que tuvo la escena en directo.

Una polémica que divide a la audiencia.

La imagen de Torres al límite ha abierto un intenso debate sobre la seguridad en este tipo de pruebas. Varios usuarios han comparado la dinámica con competiciones profesionales, donde hay personal especializado vigilando cada segundo. «En el programa del Desafío, en el desafío de apnea tienen a una persona que los está controlando y cuando hace falta los saca del agua. Es una prueba que necesita supervisión incluso cuando lo hacen los profesionales. Aquí, da igual todo», denunciaba un espectador.

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El susto se disipó poco después cuando Laura Madrueño se aseguró de que el concursante estuviera bien: «Torres, coge aire y mantenlo. Coge aire despacio y mantenlo, hazme una señal». Con un pulgar en alto, Rubén confirmó su buen estado de salud, arrancando aplausos y suspiros de alivio entre compañeros y público.

Sin embargo, la polémica no ha terminado ahí. Mientras muchos celebran la gesta física de Torres —»Menuda locura de concursante, de los mejores de todas las ediciones»— otros critican duramente al programa por no calibrar correctamente el riesgo de sus desafíos. La división es evidente: para algunos, fue una hazaña épica; para otros, una irresponsabilidad que rozó el peligro real.