Se abrió como nunca antes sobre su padre en ‘El puente de las emociones’.
La hija de Raquel Bollo y Chiquetete protagonizó uno de los momentos más emotivos y duros del reality al recordar su infancia, su soledad, su culpa y su falta de perdón hacia su padre. El programa ‘Supervivientes 2023: Tierra de Nadie’ nos ofreció este martes una nueva entrega del Puente de las emociones, una prueba en la que los concursantes tienen que atravesar un puente formado por escalones que representan episodios de su vida.
En esta ocasión, la elegida para someterse a este reto fue Alma Bollo, la hija del fallecido cantante Chiquetete y de Raquel Bollo, excolaboradora de Sálvame y víctima de violencia de género por parte de su exmarido. Alma Bollo se mostró valiente y sincera al hablar de su pasado, de sus vivencias y de sus sentimientos. La joven se enfrentó a cinco escalones con las palabras infancia, soledad, culpa, perdón y uno en blanco. En cada uno de ellos, tuvo que explicar qué significaban para ella y cómo habían marcado su vida.
La concursante comenzó recordando su infancia, una etapa que definió como “maravillosa” y “rodeada de amor”. A pesar de las dificultades que tuvo que afrontar su madre por los malos tratos de su padre, Alma aseguró que nunca fue una niña infeliz y que siempre tuvo el apoyo y el cariño de sus abuelos y de su hermano. “He reído, he luchado, me han dejado ser”, afirmó.
Sin embargo, esa infancia feliz también tuvo sus sombras, y una de ellas fue la soledad. Alma confesó que conforme fue creciendo se dio cuenta de lo que le faltaba en su vida: una figura paterna. La joven reveló que se sintió sola e incomprendida en muchos momentos, especialmente cuando se quedó embarazada y no recibió el apoyo que esperaba. “Esa soledad no se supera, aprendes a vivir con ella”, dijo.
Otro sentimiento que le ha atormentado durante mucho tiempo es la culpa. Alma reconoció que fue una adolescente complicada y rebelde, que hizo sufrir mucho a sus abuelos y a su madre con sus contestaciones y su desobediencia. También admitió que le echó en cara a su madre que no estuviera más tiempo con ella y que no la conociera bien. “He hecho sufrir mucho a mi madre y le he hecho sentir muy culpable. No se lo merecía”, expresó.
«No consigo perdonarle».
Por eso, en el escalón del perdón, Alma quiso pedir disculpas a todas las personas a las que había hecho daño con sus actitudes y sus palabras. “Le pido perdón a ella, a mis abuelos, a mi hermano. A todo el mundo al que he machacado”, declaró. Sin embargo, hubo alguien a quien no pudo perdonar: su padre.
Alma se derrumbó al hablar de Chiquetete, el hombre que maltrató a su madre, que abandonó a sus hijos y que nunca les dio una explicación. La joven dijo que no conseguía perdonarle por todo lo que les hizo pasar y que le atormentaba mucho ese rencor. “No consigo perdonar lo que le hizo pasar a mi madre, lo que le hizo pasar a mi hermano, ni lo que me hizo a mí. No consigo perdonar que me abandonase”, confesó.
Finalmente, Alma llegó al último escalón del puente, el que estaba en blanco. La concursante decidió dedicárselo a sí misma y a todas las personas que habían vivido situaciones similares a las suyas. Alma se definió como una luchadora incansable en todos los aspectos de su vida: en sus estudios, en su trabajo, en su maternidad… “Espero que eso sea lo que se esté viendo de mí, lo valiente que soy. Lo intento y no desvanezco, sigo luchando, ese es el lema de vida que mis abuelos y mi madre me han enseñado siempre”, concluyó.
Tras este duro recorrido por su pasado, Alma se fundió en un abrazo con Laura Madrueño, la copresentadora de ‘Supervivientes 2023’, que la esperaba al otro lado del puente. La periodista le dio palabras de ánimo y de apoyo, y le dijo que estaba muy orgullosa de ella. Alma agradeció su confianza y su cariño, y se mostró feliz de haber superado esta prueba tan emocional.