Localizan sin vida a Lucas, el menor desaparecido en A Coruña desde el viernes

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Trágico suceso.

Este sábado, el personal de emergencias ha hecho un descubrimiento doloroso: el cuerpo sin vida de un joven que había estado desaparecido desde la jornada del viernes. Las autoridades confirmaron a EFE que se trataba de Lucas Seijo, un menor de apenas 14 años, cuyo paradero había suscitado una creciente preocupación en la comunidad. La noticia de su hallazgo ha dejado un vacío en el corazón de quienes conocían al chico y ha conmovido a la población de Ares, en la provincia de A Coruña.

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La búsqueda de Lucas Seijo comenzó de manera oficial en la mañana del sábado, cuando se notificó su desaparición en la parroquia aresana de Chanteiro. La angustia de familiares y amigos se transformó rápidamente en un esfuerzo colectivo por encontrar al menor, que se intensificó a medida que pasaban las horas sin noticias de su paradero. La preocupación se apoderó de la comunidad, que unió fuerzas para hacer frente a la incertidumbre.

Los esfuerzos de búsqueda culminaron en las cercanías de Punta Segaño, donde finalmente se localizó al joven. Las autoridades destacaron que este operativo no solo contó con la intervención de la policía, sino también con la valiosa colaboración de vecinos de la zona y familiares del menor. La desaparición de Lucas fue difundida en las redes a través de la plataforma SOS Desaparecidos, que activó una alerta de alta vulnerabilidad para maximizar la búsqueda y asegurar la participación ciudadana.

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Una comunidad unida ante la adversidad.

El aviso inicial sobre la desaparición de Lucas Seijo indicaba que había salido de su hogar montado en una bicicleta de color rojo, lo que despertó la alarma entre sus seres queridos. Ante la ausencia prolongada del menor, se solicitó el apoyo ciudadano a través de la Guardia Civil, lo que llevó a un despliegue coordinado que involucró tanto a miembros del Instituto Armado como al Grupo de Emerxencias Supramunicipal de Mugardos, también de A Coruña.

 

 

A medida que avanzaba la búsqueda, la preocupación se apoderó de la comunidad, que estaba decidida a hacer todo lo posible para encontrar al joven. Familias, amigos y vecinos se unieron, creando un frente común que reflejaba la solidaridad y el espíritu de lucha de un pueblo que no estaba dispuesto a rendirse. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos colectivos, la tragedia se consumó, dejando una profunda herida en la comunidad.

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La búsqueda de Lucas Seijo se convirtió en un símbolo de la lucha comunitaria ante la adversidad, uniendo a todos en un esfuerzo conjunto para encontrar al joven desaparecido. Aunque el desenlace ha sido devastador, el esfuerzo mancomunado resalta la capacidad de la comunidad para unirse en momentos de crisis, demostrando que en la tragedia también puede surgir una fuerza colectiva que une a las personas en torno a un objetivo común.

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