Inesperado suceso.
La Reina Sofía, con sus 85 años, experimentó un traslado nocturno desde el majestuoso Palacio de la Zarzuela hasta la prestigiosa clínica Ruber de Madrid. La noticia, difundida por la Casa de S.M. el Rey, no pasó desapercibida. El Rey Felipe, hijo de la monarca, no tardó en acompañar a su madre en este inesperado periplo.
La matriarca de la familia real española permanece ingresada en el centro hospitalario debido a una infección del tracto urinario. Las fuentes oficiales de la Zarzuela aseguran que su recuperación es vertiginosa y alentadora. En estos momentos, la Reina se encuentra bajo estricta observación médica, mientras el país aguarda con expectación noticias sobre su evolución.
Su última aparición pública.
La última vez que la madre del Rey se dejó ver en público fue el pasado lunes, cuando asistió a una solemne ceremonia junto a Juan Carlos I, los Reyes Felipe y Letizia, las infantas Elena y Cristina, y sus nietos, Felipe y Victoria de Maricharlar. La ocasión: un funeral en memoria de Fernando Gómez-Acebo, hijo de la infanta Doña Pilar, quien partió de este mundo a los 49 años.
Pero la vida de la Reina no se detiene. Este fin de semana, la encontramos en la boda de Teresa Urquijo y José Luis Martínez-Almeida. Aunque no asistió a la iglesia de los Jesuitas en la madrileña calle Serrano, la Reina Sofía se reunió directamente con los novios en la finca El Canto de la Cruz. Allí, el reencuentro con Don Juan Carlos fue emotivo. El monarca emérito, que había viajado a Madrid el viernes, compartió risas y anécdotas con sus hijas y algunos de sus nietos. El almuerzo posterior al enlace fue un cálido encuentro familiar, donde la Reina irradiaba alegría y felicidad.
El domingo, en el Palacio de la Zarzuela, la Reina Sofía volvió a reunir a parte de la familia para un almuerzo íntimo. Sin embargo, la tranquilidad se vio interrumpida por su ingreso hospitalario, que tuvo lugar la noche del martes. Curiosamente, Don Juan Carlos ya no se encontraba en Madrid en ese momento.
El padre del Rey había abandonado España el lunes por la tarde, justo después de despedirse en el funeral de su sobrino, Fernando Gómez-Acebo. La vida en la realeza sigue su curso, entre eventos públicos y momentos de recogimiento, mientras la salud de la Reina se convierte en el centro de atención de todo un país.