Se trata de algo que todos hemos aprendido por las malas: tener un mal compañero de piso puede amargarte la existencia. Por eso lo normal es que, cuando buscas uno, quieras asegurarte de que no vas a tener problemas de convivencia y de que hay un cierto nivel de afinidad.
Sin embargo, a veces las prisas te impiden tomar la decisión más acertada, y puedes acabar conviviendo con alguien que en otras circunstancias no hubiera superado tu listón. Pero lo más surrealista es lo que le ocurrió a la tuitera @Mariacastillo99: tuvo a una compañera de piso viviendo en su casa durante seis meses… ¡y no se enteró!
María Castillo es una estudiante de Ingeniería Aeroespacial que ha contado su experiencia en una serie de mensajes de Twitter que se han vuelto virales. ¡Atención al hilo, porque es oro puro!
????????Hilo sobre cómo descubrí que una de mis compañeras de piso tenía escondida a una persona VIVIENDO en su habitación durante más de seis meses sin que ninguna nos diéramos cuenta????????
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— maría (@Mariacastillo99) November 25, 2018
Un poco de contexto. El año pasado fue mi primer año en la Universidad, y por un montón de malas decisiones y casualidades, acabé estudiando Ingeniería Aeroespacial en Sevilla. Tuve que buscar piso deprisa y corriendo, y acabé viviendo con una francesa de 30 años…
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
…y una jerezana de mi edad.
Con la de Jerez todo muy bien, pero la francesa, llamémosla Diana, era un poco rara.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
No nos dejaba llevar gente al piso, me apagaba el termo a medio ducharme para no gastar luz, solo salía para ir a la facultad, comía siempre encerrada en la habitación, no se duchaba, no limpiaba, no nos hablaba, se pasaba los fines de semana encerrada en su cuarto…
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Podría hacer un hilo entero solo sobre todas las cosas que hacía la tonta.
Bueno, hasta ahí tampoco había mucho drama. La cosa empezó a oler mal cuando vi un papel en la bolsa del plástico. Lo saqué para ponerlo en su bolsa, pero vi que era una fotocopia del dni de la francesa.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
A ver, no era el DNI. No sé cómo se llamará en su país, pero eso, su documento de identidad. La cosa es que no era francesa como decía, sino rumana. Entonces busqué su nombre y su apellido en internet para ver el origen y, efectivamente, eran rumanos.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
La señora esta cocinaba una gran cantidad de comida. Cuando acababa, se lo metía todo a la habitación y comía ahí. Nunca comió con nosotras.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Una vez, escuché a alguien toser, así que supuse que estaba alguna de mis compañeras pero, poco después, llegaron las dos. Tampoco le di mucha importancia, podría haber sido alguien de la calle o que, simplemente, se me estaba yendo la cabeza después de tanto estudiar cálculo.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Otra cosa rara que hacía la tía esta era salir al baño 3 o 4 veces seguidas por la noche cuando nos íbamos a dormir las demás. Muchas veces aparecían manchas raras al día siguiente. Aquí algunos ejemplos: pic.twitter.com/EvxgD7bqcL
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
La primera vez que iba era para usar el baño. La segunda vez, vaciaba algún líquido en el wc. En la tercera, parecía que volvía a usar el baño. Algunas veces salía una cuarta vez.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Mi conclusión de adolescente paranoica que acaba de salir del cascarón fue que tenía a alguien escondido en la habitación que, a lo largo del día, como no podía salir para ir al baño pq siempre había alguien en el piso, usaba un orinal o algo así, y por la noche lo vaciaban.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Además, aprovechaba que estábamos durmiendo para poder usar el baño.
Una noche, abrí la puerta de la habitación cuando estaba saliendo del baño. En cuanto me escuchó volvió a cerrar la puerta y no salió hasta que me volví a meter en la habitación.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Que tuviera a alguien escondido también explicaba por qué siempre comía en su habitación y los ruidos raros.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Se lo conté a mi madre y se partió el culo, obviamente. Mi compañera de piso tampoco estaba muy convencida, así que empecé a pensar que con tanto avión y helicóptero se me estaba yendo la cabeza.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Preparaos porque empieza el drama de verdad.
En febrero, hicimos un mini viaje de dos días a Granada para ver helicópteros (sí, era tan aburrido como suena) y el IAA.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Pasamos una noche en Granada y al día siguiente volvimos a Sevilla.
Estaba deseando llegar para comerme los nuggets que me habían sobrado del Burguer King, pero cuando intenté abrir la puerta del piso, me encontré con que el pestillo estaba echado.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Era un pestillo con cadena, así que la puerta estaba medio abierta ya. Empecé a tocar el timbre y a llamar a Diana (la otra se había ido a Jerez).
Llevaba ya 5 minuticos en la puerta y me estaba impacientando porque ya llevaba mucho esperando para comerme los nuggets.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Entonces empujaron la puerta desde dentro hasta que se cerró, y escuché como miraban por la mirilla. Mi sorpresa fue que no me abrió la puerta. Tampoco me contestaba el wa ni me cogía el teléfono.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Estaba ya más cabreada que una mona, así que llamé a la casera, a mi madre, a la de Jerez… 10 minutos llevaba ya en la puerta y me había comido los nuggets fríos. Entonces, Diana me contestó el WhatsApp. pic.twitter.com/hOFcS0dme3
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Y después de ese último mensaje, tardó 10 seg en abrirme la puerta y volver a la habitación corriendo, después de estar supuestamente 15 min sin poder levantarse. No me dio tiempo ni a verla.
Estaba 100% convencida de que la que me había abierto no era Diana, sino su okupa.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Entré al piso y avisé a mis amigos para que vinieran y me ayudaran a pillarlo.
La persona que tenía escondida se habría quedado sola en el piso. Pensaría que me había ido a Murcia ese finde y que no iba a volver hasta el domingo, así que bajó la guardia.— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Aquí ya mi madre y mi compañera empezaron a creerme, pero la casera pasaba de mí. Mi compañera no paraba de decirme que llamara a la policía, pero iban a pensar que era una niñata paranoica, así que decidí que iba a pillarlos primero, y luego ya vería.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Me fui a la cocina a por un cuchillo y esperé a que viniera mi amigo Fran. Sí, es muy dramático lo del cuchillo, pero había alguien en mi piso y no sabía quién coño era 😂
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
El plan era fácil: esperar en el salón hasta que Diana llegase o que el okupa saliera de su habitación.
Fui al baño y dejé la puerta abierta. No quería que nadie entrase o saliese sin que me diera cuenta. Parece una apreciación totalmente innecesaria, pero ya veréis que no.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Mis amigas, como stalkeadoras profesionales que son, encontraron las pocas cosas que había de esta tía en internet y me las pasaron. Tenía a todos mis conocidos pendientes del drama.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Entonces llegó Fran. Le enseñé las fotos de Diana y puso cara de susto. “Esta tía está en la esquina”.
Le dije que saliera a darse una vuelta para ver si la veía otra vez. Cuando llegó, como soy tan puto desastre, salí a abrirle y me dejé el móvil y las llaves dentro del piso.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Total, que me quedé en la calle con Fran. Con su móvil llamé a mi madre, que me dio el teléfono de Diana. La llamé y me colgó. Le mandé un mensaje entonces.
Un par de minutos después, entró desde la calle. En ese momento me quedé en shock.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Llevaba 6 meses con la tontería del okupa, y acababa de pillarla.
-Oye Diana, ¿quién hay en el piso?
+¿Cómo que quién hay en el piso?
-Pues eso. ¿Quién me ha abierto antes?
+Pues yo. (Aquí ya empieza a enfadarse)
-¿Y cuándo has salido?
+Cuando tú estabas en el baño (ejejejeje)— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
-Mmm mentira, cuando he ido, no he cerrado la puerta para que no me lo pusieras de excusa.
+AH SÍ?! PUES ME ALEGRO MUCHO.
Y se va a su habitación súper cabreada, pega un portazo y empieza a gritarle al okupa.— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Mientras, Fran y yo estábamos en el salón sentados, flipando con el panorama. A todo esto, sale Diana de la habitación e intento hablarle para exigirle una explicación:
+CÁLLATE, NIÑATA. ERES INSOPORTABLE.
Se va a la cocina y vuelve.— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
+ Y SI TANTO TE CUESTA ENTENDER MI SITUACIÓN, QUE SEPAS QUE AQUÍ NO PUEDES TRAER HOMBRES. (??????)
El pobre Fran, encima de que vino a ayudarme, se llevó gritos de la loca esta.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Cogí el pijama y me fui. Esa noche, dormí en el sofá de Fran después de tomarme una tila. Es que ni loca me iba a quedar ahí con la loca esta.
Llamé a la casera, que no me hizo mucho caso, pero me dijo que al día siguiente iríamos al piso a solucionarlo.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Al día siguiente fuimos al piso, y Diana le dijo a la casera que su hermana había venido a verla ese finde, y como no me conocía, se asustó y no me abrió. Además, aprovechó para decirle que yo volvía de fiesta a las 8 de la mañana y que una vez me dejé la puerta abierta (?????).
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
En fin, la subnormal de la casera se lo creyó, pero le dijo, con estas mismas palabras, que nadie que no fuera del piso podía pernoctar en él, así lo ponía en el contrato, y que si yo quería, se tendría que ir del piso.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Manda huevos la tía tonta, que me dejó a mí el marrón de echarla. Me arrepiento muchísimo de no haber llamado a la policía en cuanto llegué y no me abrió. Se le habría caído el pelo.
La de Jerez y yo teníamos claro que, o se iba ella, o no íbamos nosotras. Pero claro…
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
con lo pava que soy, estoy que le digo que se vaya.
Esa noche tuve que dormir en el piso con Diana. Decía que su hermana ya se había ido. No me creía na de lo que decía, pero bueno, hice como que sí.
Para poder dormir tranquila, puse el escritorio en frente de la mesa.— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Al día siguiente, vino la madre de mi otra compañera. Es una señora súper graciosa que me había cogido mucho cariño, así que llamó a mi madre y le dijo que, como ella no podía ir a Sevilla, que iba a ir ella y lo iba a solucionar.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Avisó a Diana de que iba a venir a hablar, pero esta se fue. La estuvimos esperando un rato.
+Mira María, zi la Pepi no exa a la Diana del pizo, YO LA’ ARRASTRO DE LO’ PELO’ POR TOA ZEVILLA. QUÉ ZE HA CREIDO LA FEA EZA!? Como zon uztede muy chica’ po’ ze quería aprovechar.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Pero Diana no apareció, y la madre de mi compi se tuvo que ir. Poco después, nos llamó la casera y nos dijo que Diana había decidido irse.
Era obvio que había escuchado la conversación y se había cagado, porque la madre de mi compañera se tiró toda la tarde maldiciéndola.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Y bueno la historia tampoco tiene mucho más. La casera nunca me creyó y siempre me culpó de que Diana se tuviera que ir.
El otro día encontré su tesis doctoral por internet así que supongo que sigue viva, pero no he vuelto a saber nada de ella.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Tampoco me alegro de que se tuviera que ir, pero hizo las cosas muy mal. Si nos hubiera dicho que tenía problemas de dinero y que su hermana se iba quedar en su habitación, pues perfecto.
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Pero es que además de engañarnos nos puteo muchísimo. Nosotras no podíamos llevar a nadie pero ella podía tener ahí a la tía esta medida en la habitación (que tampoco sabemos si era tía porque alguna vez vimos pelillos como de una barba afeitada)
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Ala, ya no me enrollo más. Si habéis llegado hasta aquí, ya sabéis qué es lo más surrealista que me ha pasado en la vida. Espero que ningún jerezano se enfade por la imitación ✌🏻😂❤️
— María (@Mariacastillo99) 25 de noviembre de 2018
Me está preguntando mucha gente y no puedo responder a todos por md, así que voy a explicar por aquí quién creo que era la okupa.
A ver, el hilo está muy resumido, y creo que quise resumir tanto que me salté una parte de la historia.
— María (@Mariacastillo99) 26 de noviembre de 2018
Una tarde de Enero, llegué de la biblioteca con la de Jerez. En cuanto abrimos la puerta, Diana salió corriendo desde la cocina hasta su habitación. Me fijé bien y, o Diana había encogido un palmo, o esa no era Diana. Entonces miré en la cocina y, efectivamente, ahí seguía Diana.
— María (@Mariacastillo99) 26 de noviembre de 2018
Tengo que recordar que esta tía no nos dejaba llevar a nadie al piso, y mucho menos sin avisar, por eso fue tan raro encontrar a alguien allí. Además, la tía iba envuelta en la toalla, se acaba de duchar.
— María (@Mariacastillo99) 26 de noviembre de 2018
Mi compi ni se dio cuenta de que no era Diana hasta que se lo dije, se parecían mucho. Fuimos a su habitación a preguntarle quién era. También se me olvidó poner que nunca vimos su habitación, solo salía cuando no estábamos en el pasillo, y la puerta siempre la tenía cerrada.
— María (@Mariacastillo99) 26 de noviembre de 2018
Cuando nos abrió esa noche tardó un rato. Se escuchaban ruidos, como si estuviera moviendo un mueble (una cama que tenía para su okupa, pensé yo) y abrió la puerta un palmo, no más, así que no pudimos ver nada de dentro de la habitación.
— María (@Mariacastillo99) 26 de noviembre de 2018
Le recordamos su norma de que nadie se podía quedar en el piso. Nos contó entonces que era su hermana, que estaba allí pasando la noche y al día siguiente se iba al pueblo de sus abuelos.
Esa noche dormí con la puerta abierta para ver si la hermana se iba. Al día siguiente…
— María (@Mariacastillo99) 26 de noviembre de 2018
…me desperté a las 7 porque estaba segura de que la tía esta no se iba a ir. Como era de esperar, nadie salió del piso en todo el día.
A la hora de comer le pregunté por su hermana, y me dijo que se había ido.— María (@Mariacastillo99) 26 de noviembre de 2018
Por otra parte, el día que se fue del piso definitivamente, me fui temprano pq no quería tener que despedirme de ella. Al salir a la calle, me crucé con una chica que era igual que Diana pero más bajita: su hermana.
— María (@Mariacastillo99) 26 de noviembre de 2018
Por estas cosas estoy casi segura de que la okupa era la hermana. Tampoco estoy segura 100%, pero prefiero pensar que era esta chica antes que un exconvicto.
Muchas gracias a todos por leer el hilo y perdón por no poder responder a todos los mensajes ❤️❤️
— María (@Mariacastillo99) 26 de noviembre de 2018
El mundo es un pañuelo @uveemegee pic.twitter.com/vQFSL7wVCs
— María (@Mariacastillo99) 26 de noviembre de 2018
¿Qué os parece a vosotros?