Quedó completamente avergonzada, según los presentes.
La vida social y política de España se ha visto sacudida este lunes por dos acontecimientos de distinta naturaleza, pero igualmente relevantes para la opinión pública: el primer encuentro entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y el enlace matrimonial de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. Este último, sin duda, ha acaparado más atención y curiosidad entre los ciudadanos que buscan un respiro de la crispación política.
Después de meses de ilusión y preparativos, desde que el pasado diciembre se reconciliaran tras una breve crisis, Tamara Falcó e Íñigo Onieva han cumplido su sueño de casarse. La pareja ha celebrado su enlace este sábado en el Palacio El Rincón, una espectacular finca situada en Alcalá de Henares que perteneció al padre de Tamara, el marqués de Griñón, y que éste le dejó en herencia a su hija menor.
La boda ha reunido a unos cuatrocientos invitados, entre los que se encontraban familiares y amigos íntimos de los novios, que han lucido sus mejores galas para la ocasión. La ceremonia ha tenido lugar en el jardín sur del palacio, donde se ha instalado un altar adornado con flores blancas y velas. Los asistentes han ocupado unas sillas dispuestas en filas frente al altar.
Hoy, gracias a la revista ¡Hola!, que ha publicado un número especial con la exclusiva de la boda, hemos podido acceder a algunos de los secretos mejor guardados de la ceremonia que muchos han bautizado como “la boda del año”. Uno de ellos, es el desafortunado comentario que hizo Íñigo Onieva durante el banquete, y que provocó que Tamara Falcó bajara la cabeza avergonzada.
«Ya sé que pensáis…»
“Ya sé que pensáis…” comenzó a decir el novio, desatando el bochorno de su flamante esposa y de algunos de los invitados. Muchos periodistas de la prensa rosa han criticado duramente al marido de la marquesa de Griñón por soltar esa frase tan inapropiada y han censurado también a los amigos del novio, que le apoyaron y le jalearon.
La revista nos ofrece hoy un amplio reportaje con muchos detalles inéditos de una de las bodas más esperadas del año. Por ejemplo, sabemos que la pareja abrió el baile con la romántica canción L-O-V-E de Nat King Cole, bajo la mirada emocionada de todos los asistentes, que no tardaron en unirse a ellos en la pista.
Sin embargo, gran parte del evento estuvo patrocinado, o casi todo, por grandes firmas que aprovecharon la ocasión para hacer publicidad. Por supuesto, una de ellas fue la del vestido de la novia, de inspiración medieval, con cuello barco, manga francesa, bordado de hilo en mangas y pecho. Hay aspectos, eso sí, que no se mencionan en la revista y que resultan igual o más interesantes.
Por ejemplo, que el novio salió de fiesta la noche antes de la boda y no se presentó en el altar en las mejores condiciones. “Iba sin afeitar, con un chaqué azul, corbata y ojos de haberse recorrido Madrid entero, se le nota mucho el antiojeras y lo muchísimo que iba maquillado, sino parecía un oso panda” comentó María José Navarro de COPE.
Además, fue muy comentado que la casulla del sacerdote, el padre José Luis, estuvo a punto de prenderse fuego por culpa de una vela. “Alejandra, la hermana del novio, lo apagó. Las redes dicen que el ángel de la guarda estaba totalmente desquiciado y mandó la última señal, son demasiadas señales pero aún así la boda ha sucedido” ha dicho entre risas la presentadora.
Cabe destacar también una de las frases que pronunció el hermano de la novia, Manuel Falcó: “Esta familia no es famosa por matrimonios largos, hasta que llegamos nosotros. Hasta que te casas las puedes hacer cuadradas, pero cuando te casas ahí estás”, ha contado María José Navarro.