La usuaria de Twitter @larotesmeyer, publicó en la red social un hilo contando la experiencia que vivió con uno de los profesores de su hijo, después de que le dejara por mentiroso en su clase delante de sus compañeros después de que el niño afirmara que existían los delfines rosas.
«Cuando mi hijo mayor tenía 4 años, era una esponja aprendiendo sobre los animales del mar, que en ese momento, eran su pasión», comenzó explicando, para luego continuar contando contar que un día al salir del colegio se puso a llorar porque en clase le habían tomado por mentiroso al decir que había delfines de ese color.
Cuando mi hijo mayor tenía 4 años, era una esponja aprendiendo sobre los animales del mar, que en ese momento, eran su pasión.
Un día, al salir de clase, llegó a la mía con los puños cerrados y haciendo pucheros.
En el momento en que lo miré, se vino abajo y se puso a llorar.
👇— Señorita Rotesmeyer 🍏💚❤️🩹 (@larotesmeyer) February 24, 2019
Le pregunté que sucedía y me dijo, que les había contado a sus compañeros que había delfines rosas, y que su profesor se había reído de él y le había dicho que no inventase cosas.
Le había dolido en el alma que lo llamasen mentiroso.— Señorita Rotesmeyer 🍏💚❤️🩹 (@larotesmeyer) February 24, 2019
La madre no dudó en esperar a su profesor al salir de clase para argumentarle que tal especie existía realmente, y que se llamaba Inia geoffrensis o delfín rosado, y que vive en Sudamérica, concretamente en las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco. Tras lo que el docente se ‘quedó de piedra’.
Se quedó de piedra.
Me dijo intentando salir del paso que no tenía ni idea, y que como tenía tanta imaginación, pues que había supuesto que no era verdad.
Solo le pedí que le diese la oportunidad de demostrar a sus compañeros que no mentía.— Señorita Rotesmeyer 🍏💚❤️🩹 (@larotesmeyer) February 24, 2019
Tras escuchar la respuesta del profesor, @larotesmeyer le pidió que le diera a su hijo la oportunidad de demostrar a sus compañeros de clase que lo que había dicho no era mentira. Para ello, preparó con el pequeño el material necesario para contar en clase las características de esta especie y probar su existencia: «Fabricamos en cartulina un recorrido por las características de esa especie, y le grabé en un pen un capítulo de dibujos animados de una serie en la que hablaban de ellos. Al día siguiente era el niño más feliz del mundo», escribió.
No porque supiese algo que los demás no sabían, sino porque había podido demostrar que no mentía.
No lo sabemos todo, ni tenemos porqué saberlo.
Y reconocerlo ante un alumno, no es signo de debilidad, sino una demostración de confianza.— Señorita Rotesmeyer 🍏💚❤️🩹 (@larotesmeyer) February 24, 2019
La tuitera, que trabaja también como docente, termina su hilo mostrando que, en ocasiones, los niños saben cosas que los profesores desconocen, y les anima a no subestimarlos e investigar las cosas que dicen en clase: «No subestimemos los conocimientos de los niños. A veces son pequeños grandes expertos. Es muy bonito ver como un alumno comparte sus conocimientos y se siente importante en ese momento. Nunca dejemos de aprender. Y aprendamos siempre a enseñar», acaba aseverando.
Y aprenden unos de otros.
No subestimemos los conocimientos de los niños.
A veces son pequeños grandes expertos.
Es muy bonito ver como un alumno comparte sus conocimientos y se siente importante en ese momento.
Nunca dejemos de aprender.
Y aprendamos siempre a enseñar.— Señorita Rotesmeyer 🍏💚❤️🩹 (@larotesmeyer) February 24, 2019