Irene revela en ‘First Dates’ su inconfesable problema cuando hace el amor

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Una cita a ciegas llena de nervios y sorpresas

Irene llegó a Madrid desde Barcelona con la ilusión de encontrar el amor en First Dates, el programa de citas a ciegas de Cuatro. Sin embargo, no lo tuvo fácil, ya que se sintió desubicada y asustada en una ciudad desconocida para ella. “Llevo dos noches sin dormir por el miedo de estar sola en una ciudad grande”, confesó la joven, que se definía como una “cateta” en comparación con los madrileños.

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Su cita fue Xavi, un barcelonés que tampoco había tenido suerte en el amor. El treintañero se presentó como un “friki” del cine y de las series, y confesó que nunca había tenido una relación seria. “Creo que las mujeres prefieren a tíos con un punto de cabroncetes y yo no sé ser así”, dijo el comensal, que coleccionaba muñecos de sus sagas favoritas.

Una cena sin mucha chispa y una confesión

Carlos Sobera, el presentador del programa, les acompañó a la mesa donde empezaron a conocerse mejor. La pareja mostró su inexperiencia en el terreno amoroso y sus nervios por la situación. “Esta es mi primera cita formal”, admitió Irene, que trabajaba como administrativa. Xavi, por su parte, reconoció que había tenido citas, pero que nunca le habían dado una explicación cuando las chicas desaparecían.

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Más tarde, Irene reveló que hacía tres meses había tenido un escarceo amoroso que le había dejado depresiva. “Yo, si hago el amor con alguien, me enamoro y luego depresión, no lo puedo evitar. Me hizo la envolvente, tararí que te vi a la luz de la luna y luego, si te he visto no me acuerdo», explicó la barcelonesa, que buscaba algo más que un rollo.

Un final inesperado

En la decisión final, Xavi sorprendió al decir que quería tener una segunda cita con Irene, aunque fuera como amigos. Sin embargo, Irene le dio calabazas y dijo que no había sentido la chispa que buscaba. “Igual yo voy pasada de adrenalina”, se justificó la joven, que se marchó sola del restaurante. Xavi se quedó decepcionado, pero no perdió la esperanza de encontrar el amor. “Seguiré buscando, no me voy a rendir”, afirmó el comensal.

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