Kiko Rivera, del éxito musical al ojo del huracán.
Francisco José Rivera Pantoja, conocido como Kiko Rivera, es uno de los rostros más mediáticos de la prensa española. Hijo de la icónica tonadillera Isabel Pantoja, su vida ha estado marcada por la exposición constante, desde su infancia hasta su trayectoria profesional como DJ. Con un estilo que mezcla música urbana y electrónica, ha logrado consolidar una carrera sólida, pero sus asuntos personales a menudo han tenido tanto protagonismo como sus logros artísticos.
A lo largo de los años, Kiko ha sido un habitual de la crónica social, participando en realities, entrevistas y proyectos televisivos que lo convirtieron en un personaje querido y cuestionado a partes iguales. Sin embargo, en las últimas semanas, el nombre del DJ ha vuelto a ocupar titulares, aunque esta vez por razones muy distintas: su ruptura sentimental con Irene Rosales, con quien compartió más de una década de relación y dos hijas en común.
Una separación que nadie vio venir.
El final de esta historia de amor ha causado sorpresa entre seguidores y medios, especialmente porque la noticia llegó acompañada de otro ingrediente polémico: el nombre de Fran Sánchez, mánager y amigo íntimo de Kiko. Diversas fuentes apuntan a que la relación cercana entre ambos podría haber generado tensiones en la pareja. Tanto es así que, mientras el DJ atraviesa el proceso de reorganizar su vida, los dos estarían compartiendo techo.
La periodista Gema López aportó más contexto en el programa Espejo Público, asegurando: «La relación de Kiko con su representante habría podido pasar factura a la pareja. Fran ha ayudado en muchas cosas a Kiko, pero también se ha convertido en tapadera de otras. Esto, Irene llegó un momento que no lo quiso aguantar. Hasta el punto de que se había enterado de ciertos cobros, ciertos bolos que no cuadraban pero Kiko, una vez más, habría salido en defensa de Fran». Con estas palabras, las sospechas sobre el papel del representante cobraron aún más fuerza.
Fran Sánchez, en silencio absoluto.
La atención mediática se trasladó rápidamente hacia el propio Fran, que reapareció en Sevilla evitando cualquier confrontación directa. Al ser abordado por los reporteros de la agencia Gtres, dejó clara su postura sin rodeos: «No voy a decir nada». Desde entonces, su estrategia ha sido mantenerse al margen, sin declaraciones públicas y sin responder preguntas sobre su implicación en la separación.
Mientras Fran guarda silencio, Kiko Rivera tomó una decisión distinta: confirmar públicamente el final de su relación. A través de un comunicado en Instagram, donde reúne más de 1,1 millones de seguidores, el DJ reconoció que la información de la revista Semana era cierta. No obstante, aclaró que no pretende sacar provecho mediático de la ruptura ni participar en programas de televisión para hablar del tema. Hasta ahora, ha cumplido con esa promesa manteniéndose lejos de los focos.
La nueva etapa de Irene Rosales.
Por su parte, Irene Rosales ha optado por una actitud mucho más abierta. Ha sido vista en varias ocasiones desde que se conoció la noticia, atendiendo a los reporteros que la esperaban y retomando el contacto con amigos y familiares. En uno de estos encuentros, se la fotografió junto a un joven, lo que desató todo tipo de especulaciones sobre un posible nuevo romance.
Sin embargo, la colaboradora Raquel Bollo, íntima amiga de Irene, no tardó en frenar los rumores y fue tajante al respecto: solo se trataba de «un amigo». Además, en una intervención en TardeAR, la misma Bollo explicó que Irene no está buscando iniciar otra relación, sino centrarse en sí misma. «Ella va a seguir hablando con amigos, tiene un grupo muy grande. Necesita despejarse, salir de la rutina y respirar, nada más».