Fallece una querida pareja de influencers de la manera más desafortunada: «Un final devastador para su historia de amor»

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Hay noticias que detienen el tiempo.

Hay sucesos que, sin previo aviso, sacuden el alma colectiva. Aunque ocurran lejos de casa, ciertas tragedias nos conectan a través del asombro, la tristeza y la reflexión. Historias que no solo se leen: se sienten.

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Una de esas historias es la de Stacey Tourout y Matthew Yeomans, una pareja de creadores de contenido que vivía al margen de lo convencional. Su vida era una carretera sin final, a bordo de una minicasa sobre ruedas que ellos mismos habían adaptado en un Toyota Chinook 4×4. En su canal Toyota World Runners, documentaban cada kilómetro recorrido, cada encuentro inesperado, y cada rincón escondido del planeta.

Una comunidad conmocionada.

Más de 200.000 personas seguían sus pasos en redes sociales, donde compartían el ideal de una existencia nómada, libre y romántica. Pero el pasado 7 de agosto, su travesía terminó en tragedia en la Columbia Británica. Su vehículo se precipitó por un barranco junto al lago Trout, en una zona montañosa de difícil acceso.

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El equipo de rescate de Kaslo fue alertado alrededor de las seis y media de la tarde. Al lugar acudieron rápidamente unidades terrestres y un helicóptero, dada la urgencia del caso y las condiciones del terreno. Al llegar, encontraron una escena devastadora: una de las víctimas sin signos vitales y la otra gravemente herida y desorientada, a varios metros del coche.

Un esfuerzo titánico por salvarles.

La persona herida fue estabilizada y trasladada por aire al Hospital de Nakusp, donde falleció horas después. Mientras tanto, los rescatistas, en coordinación con la Real Policía Montada de Canadá, recuperaron el cuerpo de la segunda víctima del interior del vehículo. El operativo fue tan complejo como desgarrador.

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Fueron las propias familias quienes confirmaron lo ocurrido, a través de un emotivo mensaje en redes sociales. “Nos dejaron juntos, como siempre estuvieron”, escribieron. En sus palabras se entrelazan el dolor y el consuelo de saber que murieron haciendo lo que amaban, en un lugar que consideraban sagrado.

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Un amigo, un testigo, un héroe silencioso.

Colin Stuart, amigo cercano de la pareja, estaba con ellos en el momento del accidente. Él fue quien, tras evaluar la situación, tomó la difícil decisión de irse en busca de ayuda. Recorrió más de 25 kilómetros hasta conseguir un teléfono para llamar a emergencias. Su relato ha sido clave para reconstruir los hechos.

Conmovido por la pérdida, Colin compartió en sus redes que vivió las 20 horas más duras de su vida. Pese a su esfuerzo, no pudo salvarles. Familiares y seguidores le han agradecido su valentía, reconociendo que hizo todo lo posible en una situación límite.

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Aunque Matthew y Stacey ya no estén, su historia no se apaga. Continúa en cada carretera vacía, en cada amanecer visto desde una furgoneta, en cada pareja que se atreve a vivir su propio viaje. Murieron jóvenes, sí. Pero vivieron intensamente. Y eso, quizás, es una forma de eternidad.

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