Muere un joven prodigio
Esteban Olivero, de 22 años, era una de las grandes esperanzas del trail running francés. Su sueño era conquistar las montañas más altas del mundo con sus esquís de travesía. Pero el pasado día 23, su aventura se convirtió en una pesadilla.
El deportista se encontraba en el Parque Nacional de Écrins, en los Altos Alpes, junto a unos amigos. Había logrado alcanzar la cumbre de La Blanche, una de las más difíciles de la zona. Pero en el descenso, sufrió un fatal accidente que le costó la vida.
Una búsqueda desesperada bajo el mal tiempo
Uno de sus compañeros dio la voz de alarma y avisó a los servicios de emergencia. Se puso en marcha un operativo de rescate que se vio obstaculizado por las condiciones climáticas adversas. La niebla y el viento impidieron el uso de helicópteros.
Durante dos días, los equipos de rescate peinaron la zona con perros y drones, sin éxito. Finalmente, este martes, localizaron el cuerpo sin vida de Olivero a 2.500 metros de altura. El joven presentaba múltiples traumatismos causados por la caída.
El mundo del deporte llora su pérdida
La noticia ha causado una gran conmoción en el mundo del trail running y del esquí de montaña. Olivero era considerado un talento excepcional, capaz de afrontar los retos más exigentes. Además, era una persona muy querida por su simpatía y su buen humor.
El grupo de esquí de montaña Excellence, al que pertenecía, le ha dedicado un sentido homenaje en su perfil de Facebook: «Hemos perdido a un compañero de escalada ejemplar, pero sobre todo a un amigo. En estos tiempos difíciles, era difícil encontrar las palabras… Obviamente teníamos que contar con él para amenizar los momentos de descanso en el refugio con su sonrisa».