Adiós a Joserra, el mago de la imagen de Telemadrid
José Ramón Sacristán, más conocido como Joserra, era el responsable de que los rostros de Telemadrid lucieran impecables en la pantalla. Su talento como peluquero y maquillador era admirado por todos los que trabajaban con él, y por los espectadores que disfrutaban de su trabajo. Sin embargo, el pasado miércoles, Joserra nos dejó para siempre, a los 45 años, víctima de una infección pulmonar.
Su muerte fue un duro golpe para la cadena autonómica, donde había trabajado durante el último año, especialmente en el programa ‘Buenos días Madrid’. Allí, Joserra se encargaba de que los presentadores y colaboradores estuvieran listos para salir al aire, con su profesionalidad y su simpatía. Joserra era querido por todos, y su ausencia se nota en el plató y en los pasillos.
Joserra, una trayectoria brillante en la televisión
Antes de llegar a Telemadrid, Joserra había trabajado en Atresmedia, donde también dejó su sello en varios programas de Antena 3 y La Sexta. Su experiencia y su creatividad le permitieron realzar la imagen de periodistas, tertulianos y famosos que pasaban por sus manos.
Joserra era un apasionado de su oficio, y siempre estaba al día de las últimas tendencias y técnicas. Su objetivo era hacer que cada persona que se sentara en su sillón se sintiera cómoda y segura frente a la cámara. Y lo conseguía con creces.
Telemadrid despide a Joserra con dolor y cariño
La noticia de la muerte de Joserra causó una gran conmoción en Telemadrid, que quiso rendirle un homenaje en redes sociales. La cadena expresó su pesar por la pérdida de uno de sus trabajadores más valiosos y queridos, y envió sus condolencias a su familia y amigos.
“En Telemadrid, lamentamos profundamente su pérdida y trasladamos a su familia y amigos nuestro más sentido pésame. Todos sus compañeros de Telemadrid, Onda Madrid y el área de multimedia, y muy especialmente del departamento de peluquería y maquillaje, le recordaremos siempre con cariño”, escribió la cadena en Twitter, ahora X.
Joserra deja un vacío imborrable en el mundo de la televisión, y un legado de excelencia y humanidad. Su trabajo nos recordará siempre que detrás de las cámaras hay profesionales que hacen posible la magia de la imagen.