Adiós a Carmen Sevilla, la novia de España
La actriz, cantante y presentadora Carmen Sevilla ha fallecido hoy a los 92 años en un hospital de Madrid, donde se encontraba ingresada desde ayer por una complicación en su estado de salud. La artista padecía alzhéimer desde 2009 y vivía en una residencia geriátrica desde 2015.
Una vida dedicada al arte
Carmen Sevilla, cuyo nombre real era María del Carmen García Galisteo, nació en Sevilla el 16 de octubre de 1930. Desde pequeña mostró su vocación artística, influenciada por su padre, el compositor Antonio García Padilla, y su abuelo, el periodista José García Rufino. Estudió en un conservatorio y debutó como cantante de la mano de Estrellita Castro.
Éxito en el cine y la televisión
Su carrera cinematográfica comenzó en 1947 con un pequeño papel en Serenata española, pero fue dos años después cuando alcanzó la fama al protagonizar junto a Jorge Negrete Jalisco canta en Sevilla. A partir de entonces, participó en más de 50 películas, tanto en España como en México, Francia y Estados Unidos. Algunos de sus títulos más recordados son La fierecilla domada, La venganza, El balcón de la luna o La loba y la paloma.
En la televisión, Carmen Sevilla se convirtió en una de las presentadoras más populares y queridas por el público. Durante más de una década condujo el Telecupón en Telecinco, donde repartía millones de pesetas y sonrisas a los espectadores. También presentó otros programas como Cine de barrio, Bravo por la música o Dímelo al oído.
Una vida personal marcada por el amor y el dolor
Carmen Sevilla se casó dos veces: la primera con el compositor Augusto Algueró, con quien tuvo a su único hijo, Augusto Algueró Jr., y la segunda con el médico Vicente Patuel, que falleció en 2000. La actriz sufrió varios golpes duros a lo largo de su vida, como la muerte de su hermano José en un accidente de tráfico o la enfermedad de su hijo, que padeció cáncer.
En 2009 se le diagnosticó alzhéimer y desde entonces se retiró de la vida pública. Su hijo se encargó de cuidarla y trasladarla a una residencia geriátrica en 2015. Allí recibía las visitas de sus familiares y amigos más cercanos, como Concha Velasco o Esperanza Gracia. Su estado se fue deteriorando hasta no reconocer a nadie ni recordar nada de su pasado.