Sorpresas te da la vida: un día, un hombre llegó a su casa y se encontró con que una madre ardilla había fabricado un nido con ramitas, agujas de pino y piñas en su cama, para dos ardillas recién nacidas.
Ante este inusual incidente, llamaron a los rehabilitadores de fauna Christina y Michael. Ellos intentaron reunir a los bebés con su madre, pero ella estaba ocupada recogiendo materiales para el nido y no tenía intención de llevarse a los bebés consigo. A partir de cierto momento, dejó de aparecer.
Desgraciadamente, una de las crías no sobrevivió, y después de pedir consejo a un veterinario se determinó que la otra cría tampoco sobreviviría sola. Por ese motivo, Christina y Michael adoptaron a “Thumbelina”.
Está claro que, debido a su inusual nacimiento, y al hecho de perder a su hermana, Thumbelina fue especial desde el principio. Para empezar, tuvo que crecer completamente sola sin interactuar con otras ardillas.
Todo fue lento con ella: mientras que otras crías no tienen interés por la leche en cuanto prueban la comida de verdad, “Thumb” era un bebé grande con biberón. Además, parecía que no le interesaba saltar y trepar: caminaba en vez de correr, y se sentaba en vez de subirse a sitios.
A pesar de los esfuerzos por presentarle a otras ardillas, ella nunca ha querido tener nada que ver con ellas. “No sé qué se cree que es, pero definitivamente, una ardilla no”, dijo uno de sus dueños.
Ahora Thumbelina es una ardilla feliz que pasa el tiempo con sus dueños… aunque ocasionalmente se meta en algún que otro lío. Le gustan mucho los guisantes dulces, la rúcula y el aguacate. Y odia salir afuera, el frío, la aspiradora… y a otras ardillas.
Un día, un hombre llegó a su casa y encontró que una madre ardilla había hecho un nido con ramitas, agujas de pino y piñas en su cama para sus dos ardillas recién nacidas.
Los rehabilitadores de fauna Christina y Michael fueron llamados ante este inusual incidente, e intentaron reunir a los bebés con su madre.
Sin embargo, esta estaba ocupada recogiendo materiales para el nido y no tenía intención de llevarse a los bebés consigo.
Al final, dejó de venir.
Solo una de las crías sobrevivió, pero su futuro parecía oscuro.
Por suerte, Thumbelina es hoy una ardilla de las Carolinas de 2 años de edad que recibió una nueva oportunidad cuando Michael y Christina la adoptaron.
Debido a su inusual nacimiento y el perder a su hermana, tuvo que crecer sola sin interactuar con otras ardillas.
Todo era lento con ella. Otras crías no tienen interés por la leche en cuanto prueban la comida de verdad, pero Thumb era un bebé grande con biberón.
No le interesaba saltar y trepar, caminaba en vez de correr y se sentaba en vez de subirse a sitios.
A pesar de sus esfuerzos por presentarle a otras ardillas, ella nunca quiso tener nada que ver con ellas.
“No sé qué se cree que es, pero definitivamente, una ardilla no”.
Ahora Thumbelina es una ardilla feliz que pasa el tiempo en paz con sus dueños, aunque ocasionalmente se meta en problemas.
Le gustan los guisantes dulces, la rúcula y el aguacate. Y odia salir afuera, el frío, a otras ardillas y la aspiradora.
¿Qué os parece a vosotros la historia de Thumbelina?