Kristian Pielhoff, el eterno presentador de Bricomanía.
El programa Bricomanía reclutó un ejército de bricomaníacos a lo largo de casi 30 años. Estos fieles espectadores seguían los consejos de bricolaje de Kristian Pielhoff.
Pielhoff estuvo al frente de las construcciones durante toda la duración del programa. Ahora tiene 60 años y es natural de Zarautz, Guipúzcoa, aunque con ascendencia alemana. Llegó al programa por casualidad, pero ahora no se imagina su vida sin aquella experiencia.
Finalizando su emisión en diciembre de 2020, Bricomanía pasó por TVE, Antena 3 y Telecinco, llegando a audiencias de dos millones de personas. Se convirtió en el lugar en el que todas las marcas de pinturas y materiales para la construcción querían estar.
Fin de la emisión del programa en antena.
La marca del programa también proviene de Guipúzcuoa: es creación de la productora Bainet, que pertenece en su mayoría a Karlos Arguiñano, de quien el presentador es amigo íntimo. En una entrevista con El Español, Pielhoff comentó que su alta audiencia le puso en el punto de mira de multitud de empresas que se rifaban los puestos en el programa para conseguir una mayor visibilidad.
Según el presentador, que en realidad estudió para ser técnico de empresas turísticas, llegaron casi a los límites de publicidad: «Nos decían: ‘Hostia, macho. Que tenéis tantas marcas en la tele que estáis ya rozando el límite’. Había momentos en los que te agobiabas. ¡Tengo que enseñar tantas cosas que no me da tiempo de hablar!».
Pero después de 26 años dando briconsejos, la emisión llegó a su final y el mayor consejero de bricolaje casero se tuvo que reinventar para sobrevivir fuera del mundo televisivo. En pleno confinamiento, cuando muchas personas tenían mucho tiempo libre, el programa de bricolaje por excelencia no estaba ahí.
Según confesó Pielhoff: «Perdimos un momento a nivel de empresa. Igual no estuvimos lo vivos que debimos para estar actualizados, para estar al día… Perdimos un pequeño tren que no vimos a tiempo o nos dilatamos en otras historias. Estamos tratando de hacer un bricolaje más diferente, americano, golfo y distinto. Nos quedamos un poco atrás».
A duras penas, un pequeño equipo sigue con Bricomanía en YouTube, con vídeos semanales que salen cada jueves a las seis de la tarde y que duran menos de media hora.
Renovarse para «tener la cabeza fuera del agua».
En lugar de largas elaboraciones, Pielhoff protagoniza piezas más sencillas, como tutoriales para purgar los radiadores, cambiar grifos o arreglar sillas y fabricar mesitas y otros muebles. Aunque llegó a amasar audiencias de millones de personas y ayudó a reparar millones de chapuzas en los hogares del país, ahora ha sido azotado por esta nueva forma de negocio, que ha provocado su reinvención para no arruinarse.
“No vemos mucha luz. Todo va a toda leche, todo cambia. Estamos intentando darle la vuelta y a ver si alguien nos da un toquecito y retomamos el tema”, admitió en la entrevista. Dijo que lo hacía «para tener la cabeza fuera del agua» en plena época de streamers y youtubers.