Un vuelo de Ryanair con destino a Lisboa desde Londres terminó en un episodio de tensión el pasado martes, cuando los constantes sollozos de un niño derivaron en un ambiente de gran incomodidad. Tras aterrizar, los pasajeros tuvieron que esperar cerca de una hora dentro del avión, sin poder moverse, hasta que llegó la policía.
Lo que comenzó como una molestia por el llanto del menor acabó desatando una confrontación física entre dos pasajeros. Ante esta situación, la tripulación no tuvo más remedio que pedir la intervención de las autoridades locales al llegar a tierra.
Un ambiente cada vez más hostil
De acuerdo con el medio portugués SIC Noticias, la tensión alcanzó su punto crítico cuando los lamentos del niño se hicieron insoportables para parte de los viajeros. Videos difundidos en redes sociales mostraron escenas de gritos, discusiones y un clima de enfrentamiento que reflejaba el caos vivido a bordo.
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En un comunicado oficial, Ryanair explicó que la aeronave fue recibida por la policía, la cual procedió a evacuar a los pasajeros. La aerolínea recordó además que mantiene una política de “cero tolerancia” frente a conductas disruptivas en sus vuelos.
Conflictos en aumento en los cielos
Este incidente se suma a una tendencia creciente en el sector aéreo: el aumento de enfrentamientos y conductas conflictivas durante los viajes, un fenómeno que, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), se ha intensificado desde la pandemia.
Como respuesta, la compañía ha reforzado sus medidas de seguridad y convivencia. Entre ellas, la aplicación de fuertes sanciones económicas para quienes alteren el orden, con el objetivo de garantizar vuelos más tranquilos y preservar el bienestar colectivo.