Un amor nacido en Facebook
Paolo y Charo se conocieron por chat en un grupo de Facebook llamado “bocas ardientes”. Él es un italiano coqueto y altísimo que vive en Roma y cuida mucho su imagen. Ella es una española divertida y picante que administra el grupo y le gusta experimentar en el amor. Entre ellos surgió una conexión especial que les llevó a hablar hasta altas horas de la noche.
Para celebrar San Valentín, Paolo decidió viajar a Madrid para conocer en persona a Charo. La cita tuvo lugar en el programa ‘First Dates’, presentado por Carlos Sobera. El presentador les propuso un juego: Charo tendría que tocar a Paolo con los ojos vendados para adivinar quién era. Ella aceptó encantada y le palpó con curiosidad, pero se quedó boquiabierta al verle la cara: “¡Paolo!”. Él la abrazó y la besó con pasión, sin importarle las cámaras ni el público. Carlos Sobera tuvo que interrumpirles: “Paolo, Paolo, deja algo para el postre”.
La confesión de Charo
A pesar del flechazo, Charo tenía algo que reprocharle a Paolo. Le contó que le gustaba mucho su forma de ser atento y detallista con ella, pero que no soportaba sus enfados y gritos por cosas sin importancia del grupo de Facebook. Paolo se defendió diciendo que era su forma de ser italiano y que lo hacía porque le gustaba mucho Charo. Ella le pidió que se calmara un poco y él prometió intentarlo.
Tras la cena, Paolo y Charo decidieron seguir juntos su cita fuera del restaurante. Se mostraron muy enamorados y felices de haberse conocido en persona. Ambos afirmaron que querían seguir con su relación a distancia hasta que pudieran vivir juntos. Se despidieron con otro beso apasionado y se fueron cogidos de la mano.
La discusión de Paolo y Charo
Paolo y Charo no solo se besaron, sino que también hablaron de su relación. Charo le confesó que le gustaba vacilar con los otros chicos del grupo de Facebook, pero que no iba a cambiar por nadie. Paolo le dijo que no era celoso, pero que no le gustaba ese tipo de actitudes. La cita se estaba enfriando por el desacuerdo, hasta que llegó una camarera disfrazada de Cupido con globos y les devolvió la ilusión.
En el reservado, Paolo quiso saber qué futuro les esperaba a él y a Charo. Ella le pidió que fuera más despacio y que le demostrara que no se iba a enfadar por los asuntos del grupo. Él le aseguró que no era celoso y le hizo una promesa: salirse del grupo. Paolo estaba enamorado de Charo y quería pasar muchos más San Valentín con ella. Ella se resistió un poco por sus celos, pero al ver su gesto de amor, le dio el sí.