Carlos Alsina no se corta y señala una de las «mentiras» de Mazón durante su discurso: «Cualquiera sabe que…»

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Carlos Mazón, un político marcado por la gestión y la tormenta.

Carlos Mazón ha sido durante los últimos años una de las figuras más reconocibles del panorama político valenciano. Presidente de la Generalitat desde 2023, su mandato ha estado definido por un discurso de proximidad con el territorio y por un estilo pragmático que trató de conciliar la política con la gestión directa. Antes de llegar al Palau, había pasado por la Diputación de Alicante y por varios cargos en el Partido Popular, donde se labró fama de negociador hábil y de hombre moderado dentro de la formación. Sin embargo, esa imagen ha quedado profundamente afectada por los acontecimientos de los últimos meses.

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A Mazón se le consideraba un político de despacho y de calle a partes iguales. Su carrera había sido un ascenso paulatino y sin grandes sobresaltos hasta que la naturaleza se cruzó en su camino. La DANA que azotó la Comunitat Valenciana en octubre de 2024 cambió para siempre su trayectoria política. Aquel episodio, que dejó centenares de víctimas mortales y heridas abiertas en el territorio, se convirtió en el punto de inflexión que lo ha conducido hasta su reciente decisión.

Quienes lo conocen de cerca dicen que llevaba tiempo reflexionando sobre su futuro. Sus apariciones públicas se habían vuelto más espaciadas, y su discurso, más introspectivo. La presión institucional, las críticas por su gestión de la catástrofe y el desgaste personal fueron, según su entorno, minando su ánimo. Finalmente, este lunes ha dado un paso que muchos intuían, pero pocos esperaban tan pronto.

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El anuncio que sacudió el Palau.

Carlos Mazón ha comunicado su dimisión como president de la Generalitat tras un fin de semana de conversaciones con la dirección nacional del PP y, según sus propias palabras, de profunda reflexión. “Ya no puedo más”, ha confesado en una comparecencia marcada por la emoción contenida. Ha asegurado que su decisión responde a un límite personal y no a presiones externas, y ha pedido que las Corts designen pronto a un sucesor para continuar con la reconstrucción del territorio.

Durante su discurso, Mazón ha reconocido por primera vez algunos errores cometidos en la gestión de la tragedia. Admitió que no solicitó la declaración de emergencia nacional en los primeros momentos de la DANA y que mantuvo su agenda institucional el día de la riada, algo que hoy considera un fallo de criterio. “Debí haberme quedado”, ha reconocido, visiblemente afectado, mientras relataba cómo no supieron hasta horas después la magnitud real del desastre.

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El dirigente popular ha anunciado que permanecerá en funciones hasta la publicación de su relevo en el Boletín Oficial y que, después, se tomará unos días de descanso. También ha adelantado que buscará apoyo profesional para afrontar este nuevo periodo de su vida. En su intervención, ha reprochado al Gobierno central su falta de colaboración durante la emergencia, lo que ha reavivado el debate político sobre la coordinación entre administraciones.

Reacciones divididas en los medios.

La comparecencia ha sido seguida en directo por varios programas informativos y ha generado un intenso debate mediático. En “La Hora de La 1”, la periodista Silvia Intxaurrondo no ocultó su crítica al considerar que Mazón evitó mencionar a las víctimas de manera explícita. “Hay que saber marcharse con altura”, comentó, en alusión a la ambigüedad del anuncio y a las incógnitas sobre si también renunciará a su acta de diputado.

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En las tertulias radiofónicas, las opiniones tampoco han sido unánimes. En “Más de uno”, Carlos Alsina y Marta García Aller señalaron contradicciones en las palabras del expresident, especialmente cuando explicó por qué no pidió la emergencia nacional. Alsina recordó que Mazón temía ceder competencias al Gobierno central, mientras García Aller subrayó que más que reconocer fallos, parecía repartir culpas.

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Otros analistas, sin embargo, valoraron positivamente el gesto de admitir errores en público, algo poco habitual en la política española. Consideran que su salida puede abrir una etapa de regeneración dentro del Partido Popular valenciano y que, pese a la polémica, Mazón ha optado por asumir la responsabilidad política de lo ocurrido.

Una despedida bajo el escrutinio digital.

La noticia de su renuncia no tardó en viralizarse. En redes sociales, las etiquetas con su nombre se convirtieron en tendencia en cuestión de minutos. Los internautas se dividieron entre quienes empatizan con su desgaste personal y quienes le acusan de oportunismo. Las imágenes de su comparecencia, visiblemente abatido, se han compartido miles de veces acompañadas de comentarios que oscilan entre el reconocimiento y la indignación.

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El gesto de Carlos Mazón, su tono y sus palabras, han sido objeto de interpretación constante desde que concluyó su intervención. En un país donde cada acto político se multiplica en pantallas y opiniones, su dimisión ha abierto un nuevo capítulo de análisis, críticas y apoyo emocional. Y, sobre todo, ha dejado claro que incluso una despedida puede convertirse en el centro de un huracán mediático.

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