No me lo esperaba.
Las historias que tienen lugar en fruterías, panaderías o supermercados suelen ser terreno fértil para la viralidad. Cada pequeño detalle relacionado con la comida cotidiana despierta una mezcla de curiosidad y debate online que pocas temáticas consiguen igualar. No es extraño ver cómo una simple etiqueta o un cartel informativo termina generando miles de comentarios en redes sociales.
Las experiencias vinculadas a establecimientos de alimentación conectan directamente con la vida diaria de las personas. Todos compramos, cocinamos o comemos, y por eso cualquier anécdota que altere ese ritual compartido logra captar la atención general. Además, estos relatos suelen estar cargados de matices culturales, económicos o lingüísticos que encienden la conversación.
Si a esto le sumamos un producto muy presente en la mesa y una cadena de supermercados conocida en todo el país, el cóctel está servido para que una noticia aparentemente menor se convierta en tema nacional.
Cuando el nombre confunde.
Tomar frutas, verduras y hortalizas es parte esencial de una dieta saludable. Estos alimentos proporcionan al cuerpo un abanico de nutrientes indispensables: desde vitaminas y minerales hasta fibra y antioxidantes. Son, en definitiva, un pilar básico en la alimentación cotidiana.
En los comercios españoles es posible encontrar una gran variedad de productos vegetales, algunos ligados a estaciones concretas y otros disponibles durante todo el año gracias a diferentes métodos de cultivo. Entre ellos destaca un ingrediente que se ha ganado un lugar fijo en las cocinas: el tomate.
Aunque su temporada ideal es el verano, es habitual encontrarlo siempre en los estantes. Esta disponibilidad permanente hace que muchos consumidores se pregunten de dónde procede realmente y bajo qué condiciones se cultiva.
La polémica del tomate Canario.
Normalmente, la información de los puntos de venta permite aclarar estas dudas, indicando el tipo y la procedencia del producto. Sin embargo, a veces los términos utilizados pueden inducir a malentendidos. Esto es precisamente lo que ha sucedido en el caso de una de las cadenas de supermercados más populares del país.
En Mercadona, el tomate Canario ha generado confusión entre clientes que, al leer su nombre, han asumido que provenía del archipiélago canario. En realidad, esa suposición es incorrecta. Desde la propia web de la compañía lo explican claramente: «el tomate Canario es un tipo de tomate y no una denominación de origen», dando respuesta así a la pregunta «¿por qué el tomate Canario no es de origen Canarias?».
Un cartel que encendió las redes.
El asunto no es nuevo. Hace un par de años, un usuario compartió en X (antes Twitter) la imagen de un cartel que rezaba “tomate Canario procedente de Portugal”. La combinación de palabras generó desconcierto inmediato y cientos de reacciones. La empresa respondió públicamente, aclarando la confusión y repitiendo la explicación que figura en su web.
@mercadona ¿me lo explicas Mercadona?. Tomate Canario, origen …. ¿Portugal? pic.twitter.com/6R6QI7VtMn
— JessD2Alfa (@JessD2Alfa) October 7, 2023
La historia no terminó ahí. El consumidor que publicó la foto propuso que, para evitar confusiones futuras, se añadiera la expresión “tomate variedad Canario” en los carteles. Mercadona recogió la sugerencia y aseguró que revisaría sus etiquetas informativas.
Un fruto con muchas caras.
Conviene recordar que, aunque botánicamente es una fruta, el tomate se considera una hortaliza en el ámbito culinario. Existen numerosos tipos y formatos: «carnoso, redondeado o semiesférico y con estrías; cereza o cherry, de pequeño tamaño, rojo y redondo; el pera, alargado con mucha proporción de carne, muy sabrosos y aromáticos y muy aptos para elaborar conservas, salsa y purés, y el redondo, que por lo general son frutos de dolor rojo, aunque los hay también amarillos, redondos, de superficie lisa y fruesa y sabor dulce».
La anécdota sobre el tomate Canario ha conseguido lo que muchas campañas publicitarias sueñan: generar conversación. Numerosos internautas han comentado la noticia, compartiendo experiencias similares o reflexionando sobre la importancia de la claridad en la información alimentaria. Una muestra más de cómo los pequeños detalles de la vida cotidiana pueden convertirse en fenómenos virales.