Puede que ya lo sepáis, pero por si acaso merece la pena repetirlo: las abejas son la espina dorsal del medio ambiente tal y como lo conocemos. Ellas ayudan a muchas plantas y animales con su polinización.
“Hay más de 20.000 especies de abeja en todo el mundo que son el grupo de polinizadores más importante para plantas salvajes y cultivadas. Les podemos dar las gracias a las abejas por las patatas, las mandarinas, y mucho más. Uno de cada tres alimentos que comemos se beneficia de la polinización de las abejas,” ha dicho un representante de The Honeybee Conservancy.
Desgraciadamente, a pesar de lo importantes que son para el ecosistema, cada vez es más preocupante lo bajo de su número y lo que eso significa para nuestro futuro.
“La población está en declive debido a varios factores, que incluyen el desarrollo humano, pesticidas, enfermedades y el cambio climático.”
Por ese motivo, hay muchas organizaciones y voluntarios uniéndose para ayudar a las abejas, concienciando a la gente. Además invierten tiempo y dinero en adoptar leyes que ayuden a preservar especies al prohibir varios insecticidas.
Protege el hábitat de las abejas.

Una de las mayores amenazas para las abejas es la reducción de su hábitat. Nosotros podemos ayudar en los espacios urbanos creando más jardines, zonas verdes y corredores con plantas ricas en néctar. No son necesarias grandes praderas llenas de flores, ya que bastaría con crear zonas verdes en las esquinas de la calle, balcones… Además, se pueden plantar flores junto a las calzadas. Si quieres ir un paso más allá, puedes involucrarte para abogar por soluciones sensatas a la ampliación de áreas urbanas.
Evita pesticidas dañinos.
Los pesticidas sintéticos, fertilizantes y herbicidas son algunos de los mayores peligros a los que se enfrentan las abejas. Evita utilizar pesticidas en tu jardín, y si los necesitas, usa opciones orgánicas y por la noche, que es cuando los polinizadores están menos activos. También puedes usar insectos beneficiosos como mantis religiosas y mariquitas para ayudarte en el jardín.
“Evita químicos de la familia neonicotinoide a toda costa, ya que son especialmente dañinos para las abejas,” advierten en The Honeybee conservancy.
Haz un baño para abejas.

Puedes llenar un platito poco profundo o algún contenedor con agua limpia, y añadir algunas piedrecitas que sobresalgan del agua. Se convertirá un sitio perfecto para que las abejas beban y descansen mientras polinizan.
No les des agua azucarada.

Alguien aconsejó en Facebook dar agua con azúcar a las abejas “exhaustas”, y el truco se volvió viral. Sin embargo, es contraproducente, ya que esas abejas empezarán a buscar platos con agua azucarada en vez de flores. Además, llevarán ese azúcar a la colmena, aguando la miel, cosa que nadie quiere. Por otro lado, dejar agua azucarada en tu jardín puede atraer a todo tipo de animales, algunos indeseados.
Construye “hoteles” para abejas solitarias y abejorros.

Aunque es sabido que las abejas viven en colmenas, lo cierto es que solo lo hacen las abejas melíferas. El resto de tipos de abejas viven, un 70% bajo tierra y un 30% en huecos de los árboles. Puedes comprar en internet un “hotel para abejas”, o construirte uno para ayudar a que los insectos solitarios tengan un espacio donde vivir.
Después de todo, aunque no te traigan miel, te ayudarán polinizando las plantas a su alrededor.
Planta un jardín adecuado para abejas.
Puedes ayudar a las abejas plantando un jardín con flores ricas en polen y proporcionándoles un lugar donde descansar, polinizar y buscar comida. Estos consejos de The Honeybee Conservancy te ayudarán:
- Evita las flores híbridas, pueden ser estériles y tener poco o nada de néctar o polen.
- Evita las flores dobles, no tienen polen.
- Asegúrate de tener flores todo el año.
- Planta flores en parches, les gusta centrarse en un tipo de flor cada vez.
- Deja una zona de tierra intacta para las abejas que anidan en el suelo.
Planta árboles.

A las abejas les encantan los árboles tanto como las flores. De hecho, buena parte de su néctar viene de ellos. Pero no son solamente una fuente de comida excelente, sino también un buen hábitat.
“Las hojas y la resina sirven como material para construir, y las cavidades naturales de la madera les proporcionan refugio.”
Aunque la deforestación sigue siendo un problema, puedes ayudar cuidando y plantando árboles y uniéndote a comunidades con similar interés en su preservación.
Apoya a tus apicultores locales.

Una gran forma de ayudar a las abejas es crear tu propia colmena, pero no todos tenemos espacio ni medios para ello. Una alternativa es apoyar a los apicultores locales.
Estas personas trabajan duro para cuidar y nutrir a sus abejas, y sus esfuerzos las ayudan a ellas y a la gente. La mejor forma de ayudarlos es comprar lo que producen, como por ejemplo miel y productos hechos de cera. Algunos también crean jabones, lociones y velas.
Cabe destacar que, si compras miel local, puede ser que parte de ella venga de tus propias flores.
Patrocina una colmena.

Otra opción para quienes no pueden construir su propia colmena es patrocinar iniciativas que las construyan. Por ejemplo, Honeybee Conservancy trabaja en instalar colmenas apiladas en comunidades de Estados Unidos, y seguro que hay organizaciones similares en tu país. Puedes ayudar con una donación, o buscando organizaciones en tu zona con iniciativas similares.
“Patrocinando una colmena, no solo ayudas a salvar las abejas, también a mejorar comunidades por todo el país.”
¿Qué te parece a ti?