Convertirte en madre es un asunto muy serio. Pero, a la vez, surgen infinidad de momentos llenos de humor. Y otros que sacan a la persona irónica que todos llevamos dentro.
Lo sabe muy bien Anya, una madre con una familia numerosa de Lípetsk. La joven demuestra con su propia experiencia que la maternidad no es una razón para olvidarse de la creatividad. Anya se las arregla para dibujar cómics, escribir poesía y prosa e, incluso, seguir haciendo música.
Pero os dejamos con sus divertidas historias, porque, francamente, no tienen desperdicio.
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