A veces, parece que ya no existen personas realmente amables. Sin embargo, si estamos atentos podemos encontrarles diariamente, a través de acciones modestas. Aunque no sean grandes gestos dramáticos, se convierten en héroes en las vidas de completos desconocidos, y además sin esperar nada a cambio.
Atento a estas historias de personas que cambiaron el día a los demás… a mejor, por supuesto. Y recuerda: un poco de empatía por los demás siempre marcará la diferencia.
1.
2.
Hace unos años trabajé como cajera en un restaurante de comida rápida. A veces en el autoservicio de coches alguien pagaba por la persona que venía atrás. Una vez la cadena de personas pagando por la comida de otros fue de casi 15 carros. Después de tanto tiempo intentando alegrar el día de la gente con una sonrisa en el autoservicio, nada de lo que yo hiciera podría hacer sonreír a alguien como esa vez. No creo haberme sentido tan feliz en mi trabajo como aquel día.
3.
Una mujer mayor estaba intentando tomar un artículo de la sección de congelados, pero estaba batallando porque venía empaquetado muy firme. Le pidió ayuda a su esposo, también frágil y mayor, pero él se veía confundido. Mi esposo fue y de inmediato tomó el producto y se lo dio mientras le sonreía y bromeaba sobre cómo hacían que esos artículos fueran muy difíciles de agarrar. A mi esposo no le gusta acercarse a otras personas, así que fue muy especial verlo hacer eso.
4.
Últimamente he estado llevando a mi enorme y amigable perro al centro de la ciudad a visitar a la gente sin hogar. Se emocionan mucho cuando lo ven. Es tan terapéutico para mí como lo es para mi perro simplemente darles cariño a las personas.
5.
Tenía un compañero en la clínica donde solía trabajar, era optimista y estaba lleno de positivismo. Noté que no tenía unos zapatos decentes. Por alguna extraña razón, sentí que debía hacer algo, creo que fue porque sé cómo se siente. El día del pago llegó, averigüé en secreto cuál era su talla y le compré un par de zapatillas para correr nuevas e hice que se las entregaran en la oficina; nunca puse mi nombre. Estaba tan feliz cuando se enteró, se preguntaba de dónde habrían venido los zapatos. Le dije en forma de broma: “Tal vez fue de parte de tus fans”.
6.
7.
Ayer una mujer se quedó atrapada en la nieve con su camioneta. Estacioné mi auto y corrí, le dije que la ayudaría a empujarla, después otra persona apareció y comenzó a ayudar. Al final terminamos sacándola. No sé si el otro chico se hubiera acercado a ayudar si yo no hubiera ido primero. La amabilidad crea más amabilidad.
8.
Un chico estaba con todos sus amigos jugando cuando notó a una chica que no tenía amigos y estaba viendo atentamente el juego, entonces la invitó a jugar. Cuando todos los demás, incluso los que conocían a la chica, la estaban ignorando a propósito. Gracias, realmente lo aprecié.
9.
¡Veamos menos y hagamos más! Hoy vi a una chica tirar su café en la cafetería de la universidad, fui a la cocina a tomar unas servilletas y la ayudé a limpiar. Las personas se lo merecen.
10.
Ayer estaba caminando de regreso a mi auto con las manos llenas de despensa y una amable mujer me preguntó si me gustaría que me acercara un carrito para que mis manos no estuvieran tan ocupadas. Le expliqué que el mío estaba justo detrás de ella. Fue un acto de amabilidad aleatorio que me hizo sonreír.
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12.
Estaba en el metro y había un chico con una maleta de viaje muy, muy grande. Cuando estaba subiendo al tren, las rueditas de la maleta se atoraron en el espacio entre el tren y la plataforma. No podía sacarla porque estaba muy pesada, así que otro chico y yo lo ayudamos a subirla al tren. No sé qué cargaba el chico en esa maleta, pero era muy pesada, como de unos 30 kilos.
13.
Estaba en un restaurante de comida rápida, era el segundo en la fila. Mientras nos atendían, un chico entró. Resulta que había estado ahí antes y se olvidó de pagar, así que regresó a hacerlo. Cuando vio que había gente esperando, dejó un billete de 10 USD y se fue. El chico recordaba que su cuenta era de 8 USD, así que solo dejó los 10 y se fue. Mientras estaba ahí pensé: “Debí haberle dicho que eso estuvo muy bien de su parte”.
14.
Ayer me subí al elevador, que suele tardar mucho, así que esperé como unos 30 segundos para ver si alguien más subía. Entró un chico que no sabía que había estado esperando y me dijo que esperáramos porque había visto a una pareja de ancianos caminando hacia el departamento.
15.
La llanta trasera de mi bicicleta se ponchó. No sabía cómo usar mi bomba de aire y un hombre me ayudó. Estaba caminando con mi bicicleta y él se acercó y me dijo: “¿Necesitas ayuda para inflar tu llanta?”. Le dije que sí, me ayudó y me dijo que si se volvía a desinflar, fuera a una tienda para conseguir algo para repararla. Fue muy amable.
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17.
Cada vez que pido helado a través de una aplicación de envíos a domicilio, pido uno extra para dárselo a la persona que hace la entrega. La sorpresa siempre les provoca una cálida sonrisa. Realmente poder hacer sonreír a alguien es todo un privilegio.
18.
Los adolescentes son difíciles, y mi hijo de 15 años no es diferente. Nos íbamos a encontrar en el parque que está al lado de mi trabajo para comer y lo vi detenerse al lado de cada automóvil estacionado en la calle y mirar por las ventanas. Pensaba que no haría algo bueno. Lo que en realidad estaba haciendo era darles dos horas de estacionamiento gratuito a los autos con un ticket que hubiera expirado. Llegó a donde estaba yo y dijo: “El inspector venía para acá y quería ahorrarles a las personas una multa de 60 USD”. Hizo que mi corazón explotara de amor.
19.
Cuando era niño, mis papás tuvieron algunos momentos de problemas financieros. Mi abuela manejaba hasta nuestra casa con despensa porque “le pedí a tu papá que fuera a comprar despensa para mí y no tiene idea de qué comprar, ¿qué voy a hacer yo con todo esto? Ustedes tómenlo”. Todos sabíamos que no era cierto, pero así mis padres podían aceptarlo. Es raro cómo estamos condicionados a rechazar la ayuda de otros aunque la necesitemos.
20.
El papá de una amiga estaba en el ejército e intentó vender su auto antes de mudarse. Había hecho un trato con un chico y acordaron un precio, pero tres días antes de la mudanza, el chico de pronto quería pagar menos. El papá de mi amiga, en lugar de venderlo a un precio menor, encontró a un estudiante universitario que vivía cerca y se lo regaló.
Y en tu caso, ¿qué es lo más amable que ha hecho un desconocido por ti?