18 internautas que crecieron en la pobreza cuentan qué consideraban lujos durante su infancia

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Cuando hablamos de pobreza, no nos referimos únicamente a vivir en un piso más pequeño, comer comida de peor calidad, ir menos a menudo a ver una película o a escuchar un concierto, o estar en una zona más cutre y peor comunicada de la ciudad. Es todo eso, y más. Hablamos de, además, vivir con un estrés constante y, en el caso de los niños, de que todo esto haga que las habilidades de aprendizaje se resientan, y a veces escaseen los modelos a seguir.

Por todo eso, es catártico poder compartir las experiencias con la pobreza. En Reddit recientemente preguntaron «¿Cuál es un lujo del que disfrutas ahora, que tus padres eran demasiado pobres para permitírselo cuando eras niño?», y la gente compartió algunas anécdotas realmente ilustrativas.

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Si por el contrario no tuviste experiencias de este tipo cuando eras niño, te harán sentirte afortunado.

1.

Una consola de videojuegos (la que fuera).

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Un lavavajillas.

Un garaje.

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Si tenías una de estas cosas, eras rico. Si tenías las tres, eras una especie de multimillonario.

2.

Jabón de manos de verdad. Cuando yo era niño, éramos tan pobres que nuestro jabón de manos estaba hecho de restos de trozos de jabón de baño, machacado y mezclado con agua. Olía muy mal, y seguramente ni siquiera servía para limpiar nuestras manos realmente.

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3.

Fotos de vacaciones.

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4.

Estar caliente en casa. Mi padre no quería que pusiéramos la calefacción. Cuando me mudé de casa, lo primero que hice fue poner la temperatura a 26º. Cuando terminó el invierno mi factura era gigantesca, pero realmente mereció la pena.

5.

Tenía amigos con una habitación enorme con una mesa de comedor larga, que, además, solo usaban para Acción de Gracias o Navidad. Una habitación que era casi tan grande como mi casa, y la desperdiciaban prácticamente todo el año.

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Eso sí, era una maravilla para jugar al escondite.

6.

Un cepillo de dientes nuevo. Tío, qué asco me da pensar ahora en esto.

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7.

Mi madre se ponía muy tensa cuando el cajero pasaba los productos por el escáner de la caja registradora. Le estresaba que no tuviéramos para pagarlo todo, y hubiera que dejar algo atrás. Mi hermana y yo pensábamos que ser rico era «poder comprar lo que quisieras en el super».

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8.

Un amigo mío tenía su propia línea telefónica. Estoy hablando de finales de los 80, principios de los 90.

9.

Un frigorífico de los que en la puerta tienen un dispensador de hielo y agua fría. Me volvían loco. Pensaba que eran mágicos, y que debían costar una pasta.

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10.

Pan para hacer perritos calientes y hamburguesas.

Si no lo hacías con pan de molde normal, para mí eras millonario.

11.

Mi abuela me contó que hasta que no fue mayor, no había escuchado a alguien decir que no le gustaba una comida. Cuando ella era pequeña, si había algo para comer, te lo comías.

12.

Me impresionaba que hubiera casas con fontanería y electricidad. Me crié literalmente en una cabaña de madera en medio de Alaska, y teníamos que bombear agua desde el río. Tampoco había visto nunca una televisión.

La primera vez que vi un inodoro con cisterna me volví loco, fue cuando visitamos a mi abuela. Mi madre me contó que me quedé tirando de la cadena repetidamente, intentando entender de dónde venía y a dónde se iba el agua. Por ese motivo, desarrollé un miedo irracional a usar inodoros con cisterna, ya que me aterraba ser absorbido. Cada vez que lo usaba, tiraba de la cadena y salía corriendo aterrorizado. Tenía 4 años.

13.

A veces teníamos suficiente dinero para comprar arroz y sal, y eso era lo que comíamos durante toda la semana… Había años que los regalos de Navidad eran de completos desconocidos. Toda mi ropa era de segunda mano, heredada de familia, amigos, y a veces de desconocidos.

14.

Tener muebles en todas las habitaciones. De niño creía que tener una mesa solamente para comer era el colmo del lujo.

15.

Cuando era niño teníamos que comprar calzado muy barato, que al cabo del mes se rompía. Al final, nos salía más caro que si compráramos un buen par de zapatos una vez al año. Pero nunca podíamos permitírnoslo.

16.

Mi hijo me trajo una vez una linterna que había encontrado en el cuarto de baño, y me pregunto qué hacía allí. Le dije que «es por si se corta la luz». Me miró sorprendido, «¿cómo?» En ese momento me di cuenta de que cuando era niño cortaban a menudo la luz porque no podíamos pagar la factura.

17.

Calefacción, libros que no fueran propiedad de la biblioteca, verduras frescas que no fueran en conserva.

18.

Me acuerdo de que muchas veces teníamos que hervir agua en una tetera para poder darnos un baño, ya que la mayor parte del tiempo no podíamos permitirnos el agua caliente.

Y tú, ¿tienes alguna anécdota que aportar? Cuéntanoslo en los comentarios.