“El NO ya lo tienes” es una frase que anima a intentar cosas, aunque parezcan difíciles. A algunos les desanima, pero otros viven según esa norma, y no les va nada mal.
Siempre hay personas que, a pesar de las dudas, consiguen alcanzar sus sueños. Y más allá. Atento a esta recopilación que te mostrará que la opinión de los demás es importante, pero no definitiva.
1.
Hace exactamente 14 años, di a luz a un bebé extremadamente prematuro. Todas las enfermeras acudieron corriendo a su llanto. Hace exactamente 14 años, me dijeron que la elección estaba entre el bebé o yo. Y hoy, 14 años después, en la cocina, un joven bigotudo está rallando el queso para una ensalada en su cumpleaños. ¡Ya casi termino de criarlo, yo sola! Sin ninguna ayuda. Y tampoco puedo decir que sea una mala persona.
2.
Una vez, en la escuela primaria, dije que definitivamente trabajaría “en la televisión”, y todos se rieron de mí. En el 2018 se estrenó mi serie de TV.
3.
Siempre quise aprender a dibujar, pero la maestra de la escuela de arte pensó que no tenía talento. Cada calificación obtenida era peor que una sentencia. A los 30, compré acuarelas y papel, comencé a repetir lentamente lo que se mostraba en los videos tutoriales, y quedé muy sorprendida cuando un colega quiso comprar mi dibujo. No por millones, por supuesto, pero el hecho en sí era importante para mí: una persona consideró que mi simple ilustración valía dinero, el cual me alcanzó justo para comprar nuevas pinturas.
4.
Mi madre siempre estuvo convencida de que yo no podía hacer nada. Ella no entendía cómo yo podía conducir un carro, y creo que se sorprendió mucho cuando yo, a los 33 años, finalmente fui a una escuela de manejo y obtuve mi licencia. Ella estaba segura de que yo no era buena escribiendo en la computadora y me aconsejó que buscara un trabajo donde no fuera necesario. Pero conseguí un trabajo donde era muy necesario y trabajé con éxito durante 7 años. Y también dijo que nunca me casaría, ¡ya que cocino muy mal! Pero ahora estoy casada y mi esposo está feliz con todo.
5.
Hace 4 años, asumiendo el riesgo, envié el original de mi certificado escolar a una universidad de una ciudad grande. Entonces, todos (incluso mis queridos parientes) me dijeron que era toda una perdedora y definitivamente no obtendría la beca universitaria. Pero ahora aquí estoy, sí. Ya el 4.º año, y tengo un trabajo genial en mi especialidad.
6.
Soy gorda. Vivo en un pueblo, no tenemos gimnasios, pero bajé 10 kg en seis meses con la ayuda de la actividad física y sigo poniendo mi cuerpo en orden. Y hay personas que, ya sea por enojo hacia mí o por envidia, dicen: “Ya no perderás más peso”, “No adelgazarás, tendrás ese cuerpo toda tu vida”. No me ofendo, piensan que me lastiman, pero eso me motiva aún más, porque cuando me miro al espejo y recuerdo sus palabras, entiendo que tengo que actuar. Nadie te ayudará hasta que tomes la situación en tus propias manos.
7.
Cuando no pude ingresar a la universidad, todos mis familiares comenzaron a asustarme con una vida de pobreza y desempleo. De hecho, todo lo que sabía en ese momento era dibujar. Eso es lo que hice. Dibujé un par de retratos de mis familiares, luego, gracias al gran poder de las redes sociales, recibí pedidos. Un año después, pude permitirme ir al extranjero por primera vez, descansé y seguí trabajando desde allí. Entonces, mientras que mis compañeros no hacían nada más que estudiar durante 5 años, logré recorrer medio mundo, disfrutar de la juventud al máximo y definir con claridad mi futuro. No insto a nadie a que abandone sus estudios, solo sé que nunca debes rendirte, la vida está en tus manos.
8.
Casi terminando el décimo grado, nuestro maestro preguntó quién quería tomar una clase especializada de ciencias naturales. Así que levanté la mano junto con mis amigos. Solo que el maestro comentó en mi dirección, que era demasiado vaga y definitivamente no lograría estudiar. ¿Puedes imaginar cómo me sentí frente a toda la clase? Al final, decidí demostrar que estaba equivocado y comencé a estudiar mucho. En el duodécimo grado, ya me había convertido en la mejor alumna.
9.
Soy una amante de las golosinas, no puedo pasar ni un día sin dulces. De ahí, por supuesto, los problemas con el peso y la salud, pero no podía evitarlo. Hace un año, me ofrecieron un trabajo en una pastelería. Mis familiares me recomendaron no hacerlo y bromeaban con que me iba a comer todos los dulces. En general, estaba de acuerdo con ellos, pero necesitaba el trabajo y la tentación era grande. Pero, después de haber trabajado allí durante 3 meses, ya no podía ni mirar los dulces, perdí 8 kg. ¡Ha!, funcionó completamente al revés, ¡y estoy feliz!
10.
Una vez, el director de la escuela dijo frente a mis padres que definitivamente no lograría nada. Solo un par de años después, fui una de las 3 personas que aprobaron un examen difícil y lograron entrar al liceo. Y después de 15 años, me convertí en maestro en ciencias de ingeniería.
11.
Mi abuela siempre estuvo convencida de que las niñas no necesitaban educación. Ya que, de todos modos, es mejor para ellas ser estúpidas y simplemente casarse con un hombre rico: eso era la felicidad. Por lo tanto, invirtió todas sus fuerzas y dinero en mis hermanos, porque yo (la niña) no llegaría al éxito de todas formas. Solo que yo no estaba de acuerdo con ella en absoluto. Y por milagro, terminé en la mejor escuela de la ciudad. El director creyó en mí, aunque mis notas eran espantosas. Como resultado, comencé a actuar de una manera que nadie esperaba de mí. Aprendía a tocar el ukelele, jugaba al ajedrez durante el almuerzo, ¡incluso otros empezaron a repetir lo que yo hacía! Y, por supuesto, mis calificaciones han mejorado bastante. En consecuencia, cuando mi abuela vio mi progreso, finalmente comenzó a sonreírme y a apoyarme en todo.
12.
Tuve a mi hijo a los 21 años (ahora tengo 26), y todas las muchachas conocidas ni me hablaban, como diciendo, todo está claro: marido, hijo, no hay nada de que hablar. En el primer año, empecé a trabajar en casa, al mismo tiempo, hacía pasteles (me dejé llevar por la culinaria), tomé cursos y me dediqué a la informática. Ahora escribo artículos para un portal popular y soy dueña de un estudio web. Hola, no hay nada de que hablar con ustedes, muchachas.
13.
Rentamos un departamento. Lo ofrecimos barato: debido a que la vecina es una anciana loca que empezaba a molestar a las personas por cualquier ruido. Y a pesar del bajo precio, la gente no se quedaba por mucho tiempo, ya que era realmente difícil soportarlo. Y luego llegó un muchacho “raro”. Se lo advertimos y comenzamos a esperar, a ver cuánto tiempo lo podría soportar. Un mes, dos meses, seis meses, un año… Al segundo año, ya no aguantamos más y le preguntamos cómo se las había arreglado con ella. Resultó que le pidió a su amigo, que se dedicaba al canto raspado, grabar una variedad de sonidos como de otro mundo, incluyendo en la lírica el nombre de la anciana. En una ocasión, cuando fue atacado por la anciana, le mencionó que existen fuerzas sobrenaturales que lo protegen de toda amenaza. Y por las noches empezó a reproducir esa grabación. La anciana se tranquilizó muy rápido.
14.
Nadie en la familia se tomaba en serio el baile, no era nada más que un pasatiempo. Pero ahora soy profesora de baile para adultos y niños, trabajo como coreógrafa y actualmente estoy a cargo del segundo y tercer espectáculo que saldrá este verano.
15.
Mi hija en el 1.er grado: “Mamá, un niño me dio unas galletas. Dijo que las hizo con su mamá, ¡son tan deliciosas! Ahora me gusta ese niño”. Hija en el décimo grado: “Mamá, un muchacho me invitó a salir, y también hizo un helado para mí. Fue tan lindo y el helado tan sabroso, así que acepté”. Hija de 23 años: “Oh, mami, mi novio me propuso matrimonio. Organizó una cena tan romántica, hizo todos los postres él mismo. Así que prepárate, pronto nos vamos a casar”. En todos los casos, fue el mismo muchacho. Él mismo preparó el pastel de boda, ya que era pastelero. Aparentemente, el niño del 1.er grado entendió cómo ganarse a mi hija y caminó obstinadamente hacia su objetivo.
Y tú, ¿alguna vez has conseguido algo que todos pensaban que era imposible?