15 demostraciones de que trabajar en un centro de llamadas es como vivir una comedia a diario

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Se supone que los empleados de los centros de llamadas duran poco en sus puestos, y que sus salarios son muy bajos. Pero lo cierto es que depende de la persona, y sobre todo de la propia empresa. Existen operadores que llevan años trabajando en una posición y ganan bastante dinero.

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Pero incluso en la compañía ideal, a veces ocurren cosas inesperadas, ya que al otro lado del teléfono puede haber personas impredecibles. Afortunadamente, se enfrentan a los profesionales con los nervios mejor entrenados y con más paciencia.

1.

Trabajo en un centro de llamadas. Al final de la jornada laboral, decidí ir a una tienda, y como digo las mismas frases durante todo el día, quedan grabadas en mi memoria. Entré y dije sin pensarlo: “Hola, esta es una tienda en línea”. La vendedora contestó de inmediato: “Hola, y esta es una tienda común”.

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2.

Trabajo en el departamento del sistema penitenciario. Una vez recibí una llamada de una persona sin hogar que fue arrestada por vivir en el auto de otra persona. Luego de su arresto, el dueño del auto se llevó todas sus pertenencias al albergue, donde fueron robadas por personas sin hogar del lugar. El hombre quería saber quién le pagaría los calzoncillos perdidos. Tuve que pausar la llamada para hacer frente a un ataque de risa histérica.

3.

Costos de trabajar en un centro de atención telefónica: siempre que YO MISMA llamo a algún servicio, al final de la conversación por pura costumbre digo: “Adiós, gracias por la llamada”.

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4.

La mejor frase que le he dicho a un cliente en mis años en un centro de llamadas es “Pedimos disculpas por las molestias que usted ha causado”.

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5.

Trabajando en el call center asesoraba a personas jurídicas. Llamó un cliente. Me presento y digo: “¡Estaré encantada de ayudarle!” Y él: “Hola, le molesta el director del platillo volador…”. Me quedé callada por un minuto. El cliente comienza a reír y luego dice: “Señorita, esto no es lo que pensaba. Nuestro café se llama así y yo soy su director”. Luego nos reímos juntos.

6.

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7.

Un cliente llamó a una operadora de telecomunicaciones y a la pregunta: “¿Con quién tengo el gusto?”, respondió: “Gatito”. La trabajadora del centro de llamadas decidió seguir el juego y tiernamente preguntó: “¿Qué quiere nuestro gatito?”. Resultó que Gatito era el apellido del cliente.

8.

Un día, una mujer muy agitada llamó al banco donde yo trabajaba y me dijo: “Mi esposo y yo estamos de luna de miel y nuestra tarjeta no funciona. ¿Qué pasa?”. Revisé la cuenta (que, por cierto, estaba solo a nombre de su esposo) y resultó que simplemente no había dinero en ella. Mientras tanto, el esposo gritaba en el fondo que el banco era un horror. Le expliqué a la mujer que la tarjeta no funcionaba porque no tenía dinero. “¡No puede ser! Cuando revisé la cuenta por última vez, ¡tenía más de 4,900 USD!”, exclamó. Y luego descubrí la razón: “Parece que el estado retiró el monto por concepto de pensión alimenticia impaga”. “¿Pensión alimenticia impaga? ¡¿TIENES HIJOS?!”. Escuché de fondo.

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9.

Un amigo trabaja en un centro de llamadas de una empresa telefónica. Ayer le llamó un cliente. Esto fue lo que pasó, según mi amigo:
—Hola. Le escucho.
—Escucha. ¿Te hablo bien?
—Hasta ahora, así. ¿Cómo puedo ayudarle?
—¿Estás seguro de que te hablo bien? ¡Piénsalo dos veces!
—Hasta ahora, no ha pasado nada malo. ¿Cómo puedo ayudarle?
El cliente habló con alguien que estaba a su lado:
—¿Escuchaste? ¡Hablo bien!
Y colgó.

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10.

Bueno, solía trabajar en el centro de llamadas de un banco, donde todas las palabras se mostraban en la computadora: había un guion. Hace poco me llamaron de un banco, ofreciéndome un préstamo, y tienen exactamente el mismo texto. ¡Era tan gracioso! Bueno, conversé unos minutos para que esa mujer ganara más.

11.

Un compañero mío del centro de llamadas siempre hablaba en voz alta y en un tono muy monótono. Más de una vez lo escuché decir entre dientes: “No, estimada, NO soy un robot”.

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12.

Trabajé en un centro de llamadas de un conocido banco. Cuando decimos, “Un minuto, por favor”, ¡no nos vamos a ninguna parte! Simplemente silenciamos el teléfono. Como resultado, no puedes escucharnos, pero podemos escucharte muy bien. Escuché de todo: groserías, cumplidos y escándalos.

13.

Mi hermana trabaja en un centro de llamadas. A menudo hay con personas que se niegan rotundamente a proporcionarle cualquier información para confirmar su identidad, aunque todos estos datos ya están frente a sus ojos. Algunos tienen miedo de decirle a mi hermana incluso su código postal, como si, sabiéndolo, ella decidiera encontrar personalmente a esta persona.

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14.

Si tu vida te parece inútil, debes saber que una vez trabajé en un centro de llamadas en el sótano bajo el nombre ruso Julia (mi nombre es Kunduz) y le explicaba a la esposa de un tal Sergio que no era la amante, sino una trabajadora de un centro de llamadas en Moscú. Mientras, en realidad, estaba en otro país.

15.

Mi amiga antes trabajaba como operadora para una empresa de servicios públicos en el estado de Maine. Contó que una vez la llamó Stephen King y se quejó de que tenía algún servicio sin funcionar. Gritó en el teléfono: “¿Sabe quién soy? Si no arreglan todo, ¡haré que trabajes en un supermercado!”. Más tarde, supe de un documental que, cuando King todavía era un escritor pobre, a menudo le cortaban los servicios públicos por falta de pago. Sabiendo esto, es fácil comprender su indignación.

¿Hay algún empleado de call center con una experiencia interesante por aquí? ¿Cómo sueles comunicarte con los operadores?