Conmoción en su barrio, donde eran muy queridos.
Cándida Cuervo y José Antonio García, conocido como Pepe, eran una pareja de ancianos de Oviedo que contrajeron matrimonio en 1970 en la iglesia de San Esteban de Sograndio y que murieron con 45 minutos de diferencia uno del otro el domingo pasado.
Durante más de medio siglo, fueron testigos de la evolución de sus vecinos del barrio de Teatinos, a los que siempre acudían para ofrecer su apoyo en los momentos difíciles.
Pepe era de Villapérez y Cándida de Sograndio, ambos construyeron una vida juntos sin tener descendencia. Vivían en la residencia Ovida de Montecerrao, donde sorprendió la muerte a Cándida a las 13.30 del domingo, tras un agravamiento de su enfermedad el viernes.
Pepe, sin embargo, resistió hasta las 14.15, cuando falleció en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde había sido ingresado un par de días antes.
La despedida de esta pareja de ancianos conmovió al barrio de Teatinos y a la residencia de Montecerrao. Pepe y Cándida habían pasado años de convivencia con sus vecinos y se apoyaron mutuamente en los momentos más difíciles, por lo que fue una despedida muy conmovedora. Los dos, que habían pasado una vida entera juntos, ni siquiera la muerte logró separar. Su recuerdo quedará para siempre en la memoria de sus vecinos.