Mónica Cuscó, una mujer de 53 años, desapareció sin dejar rastro el pasado día 14 de febrero, día de San Valentín, en Esparraguera (Barcelona). Su cuerpo sin vida ha sido localizado el pasado sábado por un grupo de voluntarios que participaba en el dispositivo de su búsqueda.
La autopsia determinará las causas de su muerte, aunque los primeros indicios apuntan a una muerte accidental, ya que el cadáver no mostraba ningún signo de violencia. La mujer salió a andar, como acostumbraba a hacer, por la zona boscosa de Can Roca, por el mirador de las Rocas Azules, situado muy cerca de la Riera del Puig, a las afueras de Esparreguera. Pero nunca regresó a su casa.
Sus familia, alertada, denunció su desaparición, y los servicios de emergencias formaron un amplio dispositivo de búsqueda por la zona para poder dar con ella. Varias dotaciones de Bomberos de la Generalitat y Mossos d’Esquadra, un helicóptero con cámara térmica, Policía Local y la Agrupación de Defensa Forestal la empezaron a buscarla el pasado miércoles.
Más de 300 voluntarios, incluyendo a familiares, amigos y vecinos de Mónica, colaboraron también en las labores de búsqueda y, precisamente ellos, son los que acabaron encontrando su cadáver. El peor y más doloroso desenlace posible.